Tras estar retenidos durante más de 12 años en la selva colombiana bajo brutales condiciones, encadenados y obligados a realizar marchas forzadas, 1o  colombianos fueron liberados por las auto denominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC) el 2 de abril.

Una vez liberados, llegaron a la ciudad de Villavicencio, en el oriente de Colombia, a bordo de un helicóptero de la fuerza aérea de Brasil prestado por la vecina nación para esta labor humanitaria, que encabezó al antigua senadora Piedad Córdoba y tuvo la asistencia de una delegación internacional, entre ellas la Nobel de la Paz Rigoberta Menchú.

Los hombres puestos en libertad son: Luis Alfonso Beltrán Franco, Luis Arturo Arcia, Robinson Salcedo Guarín y Luis Alfredo Moreno Chagüeza, y seis policías: Carlos José Duarte, César Augusto Lasso Monsalve, Jorge Trujillo Solarte, Jorge Humberto Romero, José Libardo Forero y Wilson Rojas Medina.

Habían sido secuestrados entre 1998 y 1999 en ataques guerrilleros a bases militares y cuarteles de la policía.

Según informó la Cruz Roja, la entrega se realizó en una zona rural entre los límites de los departamentos del Meta y Guaviare. Se había previsto inicialmente que las entregas se producirían en dos fases pero en último momento se consolidaron en una.

Trasladados a Bogotá, serán sometidos a un exámenes médicos para determinar su estado de salud.

La decisión unilateral de las FARC de liberar a estos cautivos, en opinión de analistas políticos, responde al aislamiento casi total que la inhumana táctica de secuestrar civiles y militares produjo para los insurgentes, igual que los últimos dos años de combates en que el gobierno ha golpeado muy fuertemente en repetidas ocasiones al grupo.

El presidente Juan Manuel Santos sigue insistiendo que cualquier diálogo con las FARC requiere suspensión de actividades de narcotráfico, fin al reclutamiento de menores de edad, un alto a los ataques contra las fuerzas armadas del país.

Igualmente, el presidente ha pedido que se ponga en libertad a todos los secuestrados por la organización.

Según la ONG País Libre, el grupo insurgente que ha sido denunciado internacionalmente como uno de los grandes violadores a los derechos humanos, mantiene todavía más de 405 civiles plagiados.