“Tuve una semana increíble, amigos. Me reuní con líderes de China, Egipto y Jordania. Gorsuch fue confirmado para la Corte Suprema, los medios están diciendo cosas buenas sobre mí y ya nadie está hablando sobre Rusia. Wow, qué diferencia pueden hacer los misiles Tomahawk “.

Con esas palabras abrió el Donald Trump de Alex Baldwin su monólogo en el programa Saturday Night Live, del 8 de abril.

Sabias palabras, de juzgar por la eufórica bienvenida con que políticos y comentaristas se han referido a la Casa Blanca luego de que el comandante en jefe de EUA ordenara bombardear una base aérea de Siria desde donde presuntamente despegaron los aviones que usaron el químico Sarin contra civiles en Siria.

Las desgarradoras imágenes de familias asesinadas, según el presidente, le llevaron a actuar y la orden se ejecutó.

La prensa aplaudió.

Fareed Zakaria en CNN dijo que con sus 59 misiles Tomahawk Trump “se ha convertido en el presidente”. Nicholas Kristof escribió en el New York Times que Trump “hizo lo correcto en Siria”. Mientras que Brian Williams hablaba de la “belleza” de los misiles.

En el Congreso voces de apoyo sonaron por parte de críticos, como los senadores republicanos John McCain (Arizona) y Lindsay Graham (Carolina del Sur).

El día anterior, Hillary Clinton había pedido un ataque similar.

Pocos cuestionaron la legalidad del ataque o su falta de asentimiento por parte del poder legislativo.

Fue ésta indudablemente una buena semana para Donald Trump, cuya presidencia hasta el momento había proyectado una imagen de desorden, ineptitud en una administración consumida por pugnas intestinas.

Por ahora, a celebrar con champán.

Los 59 misiles Tomahawk de Trump contra Siria, además de elevar a dimensiones “presidenciales” a Donald Trump, y con ello silenciar a la oposición, ayuda también al presidente a distanciarse de Rusia, y de la investigación que lo viene persiguiendo sobre presuntos vínculos entre Rusia y el equipo de la campaña presidencial Donald Trump 2016.

A comienzos de semana varios reporteros estaban escarbando, ambas cámaras del Congreso conducían investigaciones sobre la presunta influencia del Kremlin en la Casa Blanca.

Todo ello puede cambiar ahora. Siria y Rusia son aliados de mucho tiempo.

Los 59 misiles Tomahawk de Trump contra Siria también ponen patas arriba las promesas del candidato Trump de que EUA se abstendría de participar en desgastadoras aventuras militares en el extranjero. Las palabras “America First” (EUA primero) habían resonado entre círculos de la derecha, ganándole el apoyo entre círculos nacionalistas. Algunos de ellos ahora han denunciado al presidente.

Pero al distanciarse de este sector, que se ha llamado extremista, el presidente se ubica ahora en el mismo campo que George W. Bush, Hillary Clinton y Barack Obama — para quienes el uso del poder militar es siempre una de las opciones.

Se habla ahora de “nacionalistas” y “globalistas” en la Casa Blanca, donde cada bando tiene su esquina de poder.

Representa al ala “nacionalista” Steve Bannon, acusado de supremacismo blanco, antiguo director de la revista Breitbart, uno de los primeros en apoyar a Trump desde la ultra derecha, asesor muy cercano al presidente.

Al sector “globalista” lo encabeza Jared Kushner, empresario, millonario, y marido de Ivanka Trump, la hija mayor del primer mandatario. En días recientes, Kushner ha ampliado su portafolio de responsabilidades mientras que Bannon sufrió una democión que lo retiró del Consejo de Seguridad Nacional.

Los 59 misiles Tomahawk de Trump contra Siria dejan claro que, por ahora va, se ha impuesto el sector globalista.

Los 59 misiles Tomahawk de Trump contra Siria dejan sin responderse una serie de preguntas, aunque en estos momentos de euforia son pocos los que las hacen. ¿Qué evidencia, corroborada independientemente existe de que de hecho fue el gobierno de Bashar al Assad y no uno de los grupos de extremistas que buscan derrocarlo? (Hace década y media las agencias de inteligencia de EUA hablaron de armas de destrucción masiva como manera de justificar la desastrosa invasión a Irak. Al no existir esas armas, se diluyó la credibilidad de estas aseveraciones.

¿Y ahora qué? ¿Cuál es el el plan y cuáles los objetivos? ¿Cómo se mide el éxito?

¿Significan los 59 misiles Tomahawk de Trump contra Siria un cambio fundamental en la política exterior que prometió como candidato?

Habrá que esperar hasta el próximo episodio de Saturday Night Live  ver que nos confiesa el Trump de Baldwin.

Otra semana que pasó en EUA.

Carlos F. Torres, Director El Molino Online

 

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, New York 4/9/2017