Si el terremoto del 23 de agosto tomó a la costa este completamente desprevenida, ese no fue el caso con los animales del zoológico que comenzaron a actuar de manera extraña en los minutos que precedieron el sacudón.
Escribe Joel Achenbach en elWashington Post que, “Durante el terremoto, los predios del zoológico se llenaron de aullidos y bramidos. Las serpientes, normalmente inertes durante el medio día, se retorcieron y deslizaron. Los castores se pararon en sus patas traseras y luego saltaron a un estanque. Murphy el dragón de Komodo corrió a protegerse. Los leones que estaban echados se levantaron súbitamente y miraron hacia su edificio para ver como las paredes temblaban”.
Agrega que unos 10 segundos antes de que comenzara el sismo, muchos simios tiraron su comida y comenzaron a trepar una estructura parecida a un árbol en su espacio. Los flamingos, por su parte, se congregaron todos en un grupo y permanecieron acurrucados por lo que duró.
Los lémures de collar rojo, agrega, gritaron en señal de alarma 15 minutos antes y volvieron a repetirlo justo antes de que comenzaron, dice.
Otros permanecieron agitados por el resto del día. “La musaraña elefante gigante se escondió y se negó a salir para la comida de la tarde”
No se sabe por qué actuaron de esta forma los animales, agrega el Washington Post. Dice que hay muchas teorías sobre campos electromagnéticos que se generan cuando se chocan las placas, pero puede ser algo mucho más sencillo: los animales son más sensibles que los seres humanos a la madre naturaleza.
Foto cortesía angela n. via flickr
