Apartes de un artículo en FT.com
“En un momento clave durante la elección primaria del partido Demócrata, a finales del 2007, Barack Obama rejuveneció su campaña con un elocuente discurso que cerró con una promesa de lo que sería el resultado de su victoria. ‘Una nación sanada. Un mundo reparado. Unos Estados Unidos de América que volverán a creer’.
“Escasamente un año después de su toma del poder, el 44 presidente de los Estados Unidos gobierna un país amargamente dividido, un mundo cada vez más difícil de manejar y unos Estados Unidos de América que parecen estar cada día más desilusionados con los métodos de Washington. ¿Qué pudo haber fallado?
“Comentaristas, legisladores demócratas, encuestadores de opinión ofrecen toda una gama de razones – desde la decisión de Obama de dedicar su primer año en la presidencia a la reforma de salud, a la incapacidad del presidente de convencer al electorado de que el ‘siente su dolor [económico]’, a la aparente imposibilidad de gobernar Washigton en la actualidad. Todos pueden haber contribuido a los problemas presidencialess. Pero la gente en torno a él presentan un diagnóstico más específico: uno que llama la atención por lo uniforme que es. La Casa Blanca de Obama está más preparada para hacer campaña que para gobernar.
“En docenas de entrevistas con sus aliados más cercanos y sus amigos en Washington – la gran mayoría permaneciendo anónimos a fin de proteger su acceso a la Oficina Ovalada – cada uno observa que el presidente se basa en la asesoría de un círculo muy cerrado. El núcleo central consiste de cuatro personas – Rahm Emanuel, el combativo jefe de gabinete; David Axelrod y Valerie Jarrett, altos asesores; y Robert Gibbs, jefe de comunicaciones.
“Dos de ellos, Emanuel y Axelrod tienen oficinas a solo pasos de la Oficina Ovalada. El presidente, primero en tener un Blackberry, casi nunca tiene una reunión, incluyendo sobre la seguridad nacional, sin que unos de ellos o todos estén presentes.
“Con la excepción de Emanuel, quien fue un jefe Demócrata en la Cámara de Representantes, todos formaron parte de la admirablemente manejada campaña. Con la excepción de Gibbs, quien es de Alabama, todos son de Chicago, igual que el presidente. Y, con la excepción de la Casa Blanca de Richard Nixon, casi nadie recuerda de una administración tan dominada por un grupo tan pequeño”.
Artículo completo en inglés.

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