El futuro de las FARCApartes de un artículo publicado por Nicholas Casey y Joe Parkin Daniels, publicado en el New York Times.

“Las Farc ahora tienen planes para convertirse en un partido político, como otros que han surgido en la región; entre ellos el FMLN de El Salvador, actualmente en el gobierno.

“Por su parte, el gobierno colombiano debe enfrentar una serie de retos que emanan del acuerdo de paz con la guerrilla. Deben establecerse los tribunales especiales, por ejemplo, y reforzar el programa de subsidios a agricultores para la sustitución de cultivos ilícitos.

“En el campamento de desmovilización, en el departamento de Putumayo al sur de Colombia, unos 500 exguerrilleros se quedaron contemplando su futuro después de la ceremonia oficial. Estaban atentos a las pantallas de sus teléfonos celulares, hablando con familiares por Facebook y WhatsApp, aplicaciones y redes sociales que muchos desconocían hace unos años.

“Muchos rebeldes lamentaron que fuera tan tardado conseguir los materiales para el campamento; parece casi un sitio todavía en construcción en el que algunos rebeldes duermen en hamacas al exterior, como lo hacían en la jungla durante el conflicto. Si el proceso de construcción tardó tanto y aun así quedó relativamente incompleto, cuestionaron, ¿cómo será la implementación del resto de los acuerdos?

“’La meta de terminar la guerra se ha cumplido, esencialmente’, dijo Cynthia Arnson, directora del programa para América Latina del Centro Woodrow Wilson. ‘La implementación del documento de más de 300 páginas, que tiene 100 diferentes programas y estrategias, es lo que será difícil’.

“El desarme también les costó trabajo a los integrantes de las Farc, al menos emocionalmente.

“Naida López, de 32 años, estuvo dos décadas en la guerrilla después de huir de su hogar cuando sus padres murieron en una operación militar. Dijo que entregar su arma y dejar su vida como guerrillera le costó mucho trabajo, porque eran sus mecanismos de autoprotección.

“‘Para cada guerrillero, su arma siempre ha sido el amigo más leal, el que siempre lo acompaña’”, dijo. ‘Algunos hasta le ponen nombre al rifle’.

“Naida tiene aprehensiones sobre qué sucederá ahora que los exguerrilleros deben depender del Estado para su protección. Hizo mención de la última vez que las Farc incursionaron en la política, con el partido Unión Patriótica; muchos de los integrantes fueron asesinados por grupos paramilitares a los que el gobierno no detuvo.

“’Nos podrían matar uno por uno’”, dijo Naida sobre los paramilitares que todavía existen.

“Aunque las visitas de familiares y allegados les han dado algo de consuelo. Omaira Solarte, de 32 años, pudo ver a sus padres a finales de mayo por primera vez en 18 años, cuando se sumó a las filas de las Farc.

“’Antes era difícil hablar con la familia, porque le delatabas tu posición al enemigo’”, dijo.

“Omaira planea sumarse al futuro partido político como una activista en las zonas rurales, quizá como promotora de la salud. Aunque le preocupan las condiciones del campamento de desmovilización; acusa que el gobierno no ha provisto a los excombatientes con los tratamientos médicos adecuados”.

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