Cuando Donald Trump se mudó a la Casa Blanca, trajo consigo un estilo inconfundible, nunca antes visto, que se distingue por su impredecible tono de enfrentamiento y su amplia y creciente lista de enemigos. Uno de ellos es la prensa.
Para la administración, la llamada prensa tradicional es uno de sus principales enemigos. Cabe señalar que la administración tiene ampio apoyo mediático, con Fox News y otros portales, como Newsmax, Breitbart, Drudge que apoyan casi sin cuestionamiento la administración y hacen el papel de animadores.
“Pasados 200 días de la administración, la guerra entre la Casa Blanca y la prensa está intensificando, con el presidente Trump lanzando a diario andanadas contra los medios, lo cuales a su vez se han envalentonada y con creciente transparencia muestran su hostilidad hacia el presidente”, así describe Jonathan Easley en The Hill la situación actual.
Enumera las dimisiones (algunas forzadas) que han tenido lugar en el equpo de comunicaciones de la Casa Blanca.
A comienzos de julio renunció Sean Spicer, el portavoz de la presidencia quien desde su primer día en enero se enfrentó con los medios, regañando, contradiciéndose, con una serie de mentiras, declaraciones sin fundamento, convirtiéndose en el hazmerreír de los programas de humor nacionales. Luego, un personaje llamado Anthony Scaramucci entró pisando duro, y 10 días después había sido despedido.
Actualmente, el cargo de director de comunicaciones está abierto: en seis meses tres personas han pasado por ahí, señala The Hill.
Los principales medios cuestionan todo lo que el presidente dice o hace.
Lo han atacado por tomar una vacación de 17 días recordando las múltiples veces que Donald Trump atacó a Barack Obama por salir de vacaciones.
Hace unos días, cuando la Casa Blanca anunciaba su apoyo a un proyecto de ley que busca cambiar la inmigración legal a EUA, Stephen Miller de la administración tuvo un intercambio algo intenso con Jim Acosta reportero de CNN.
Partidarios de la administración acusan a los reporteros de permitir que sus prejuicios sesguen sus reportajes. Katrina Pierson del grupo pro Trump America First Policies: “En otras palabras, los periodicos se han convertido en blogs de opinión en vez de proveer información y educación públicas”.
Sin embargo, agrega The Hill, otros justifican el comportamiento de estos medios. Especialmente cuando responden a los ataques que lanza Trump a través de su cuenta de Twitter.
“La incapacidad de Trump de montar en la Casa Blanca un equipo de comunicaciones que funciona merece el desprecio de los medios,” dijo a The Hill Steven Livingston, profesor de estudios mediáticos de Georgetown University. “Invitan la burla”.
Un comentarista conservador sostiene que los medios tradicionales son una realidad de la vida y que la administración tiene que aceptar que existen y aprender a convivir con ellos.
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