Confabularon durante años para robar miles de millones de dólares.
Mintieron para encubrir.
En su voracidad sin fin, empujaron primero a EUA y luego al resto del mundo a una de las peores crisis ecónómicas en la historia que ha arruinado las vidas de cientos de millones de seres humanos con empleos perdidos y todo el descalabro que de ahí se desprende.
Hoy día siguen como si nada.
Campantes, disfrutan del producto de sus crímenes en sus mansiones millonarias, con su vida de privilegios, ausentes cualquier temor o preocupación, especialmene de que les vayan a meter presos: a ellos nadie los toca.
Al cumplirse cinco años de la bancarrota de Lehman Brothers, siguen sin dar la cara ante la justicia por sus crímenes los banqueros causantes de la crisis, dice una nota de Sarah White de la Reuters publicada en The Huffington Post.
Una razón, dice, es que existe cierta dificultad en atribuirle la culpa a un individuo por los riesgos y decisiones que toma una compañía.
“Perseguir a un individuo, si ha delegado responsabilidades … es muy difícil en una organización grande”.
Pero otra (y en opinión nuestra la principal) es que sencillamente no hay voluntad en el estamento político — sea en EUA, España o Gran Bretaña — de llevar a los banqueros ante la justicia.
Pero tranquilos: ahora los reguladores han aumentado su escrutinio sobre los bancos.
No hay que preocuparse.
Todo está bajo control.
Mejor reír para no llorar.
