El titular de The Telegraph no podría ser más sensacionalista, “Primera Dama Michelle Obama impulsa ventas de Agent Provocateur en EUA”.
El artículo, que firma Helia Ebrahimi y viene acompañado de una foto de Michelle Obama, dice que ella dama gastó US$50,000 en ropa interior en la exclusiva tienda de ropa interior femenina de fama mundial por lo sexi de su mercancía.
Michelle Obama, dice The Telegraph, “quien se ha dado a conocer por comprar en las tiendas de precios más modestos en High Street, junto con la reina de Qatar, Sheikha Mozah, obligó el cierre parte de Madison Avenue para pasar tiempo en la tienda de lencería de lujo. Sus compras ayudaron a disparar un aumento en ventas del 12 por ciento”.
El resto del artículo discute las ventas de la tienda, la exclusividad de su clientela y otros asuntos estrictamente de negocios.
Pero US$50,000 en ropa interior, en épocas de vacas muy flacas, es noticia.
Y al cabo de unas horas ya el artículo de The Telegraph ha sido reproducido en otros tabloides británicos, la página conservadora Drudge Report y su séquito de blogueros de la derecha. (Busque en Google).
Hemos encontrado, sin embargo, demasiadas lagunas en el artículo original en The Telegraph.
No dice cuándo fue que cerraron Madison Avenue para que Michelle Obama y su real acompañante fueran de compras.
Tampoco muestra fotos — en la época de internet, ‘foto o nunca sucedió’).
Ni dice, en caso de que hubiera tenido lugar el hecho, cuánto gastó la primera dama y cuánto la reina.
Hemos revisado la página de Agent Provocateur y encontramos cosas muy sexi y demasiado caras: pero no es solo la curiosidad, sino la integridad periodística, la que nos lleva a preguntar, ¿qué fue lo que ella compró? ¿cuánto gastó? y ¿cuándo fue?
Y, a menos que encontremos respuestas satisfactorias, será otra calumnia más de aquellas que han distinguido a los tabloides británicos, y que alimentan a la derecha conservadora de EUA.
Artículo en inglés
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