Museo Casa AzulDiego Rivera pidió que por 50 años sus ropas permanecieran guardadas, ocultas a la mirada de los curiosos y los admiradores. Cumplido el plazo, con su nombre y su obra convertidos en objeto de culto, el Museo la Casa Azul en México DF presentará desde el sábado una muestra con 300 prendas de la artista.

Faldas, zapatos, mantos, vestidos, joyas, perfumes, trajes regionales, blusas y accesorios integran la exposición Las apariencias engañan: los vestidos de Frida Kahlo, curada por Circe Henesterosa. “A partir de su discapacidad, Frida Kahlo comenzó a construir su identidad, esa que a través de los años ha sido motivo de inspiración de artistas y diseñadores de moda”, indica Henesterosa, y entre las piezas se incluyen además documentos, publicaciones, fotografías y vestimentas restauradas que permanecían guardadas en el baño de la pintora.

También se verán en la muestra, con el apoyo de la revista Vogue, una selección de diseños de creadores internacionales inspirados en el estilo de Kahlo. Entre ellos, un corsé firmado por Jean Paul Gaultier, para la firma Comme des Garçons, y tres vestidos con estampas floreadas, realizados por el diseñador italiano Ricardo Tisci para la casa Givenchy, a partir de la vida y la estética de a mejicana. Una de las salas de la casa estará dedicada a nueve vestidos de tehuana, prendas típicas de Tehuantepec, ciudad donde había nacido la mamá de Frida.

“Con el delicado bordado de sus blusas cortas de tehuana y el complicado peinado de trenzas, Kahlo conseguía que la gente se concentrara en su talle y rostro, distrayéndolos de sus piernas y de su cuerpo roto”, explicó Henestrosa, en una entrevista con AFP. El título de la exposición proviene de una frase, de puño y letra de Frida, escrita debajo de uno de sus dibujos, un autorretrato con mariposas en una pierna y un corsé pintado bajo un vestido. “Las apariencias engañan”, decía ella.

“Su manera de vestir fue resultado de su propio y fierte sentido de identidad, construida desde el dolor físico”, apunta Henesterosa. “El estilo de Frida era ecléctico. Gustaba de combinar colores, texturas y orígenes de prendas según su estado de ánimo”, agrega Hilda Trujillo, directora del museo.

Las prendas exhibidas fueron restauradas en los últimos ocho años por una iniciativa de la revista Vogue.

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