Susan Montoya Brian de la Associated Press publica recuerdos de Caballo Blanco, ultramaratón de fama mundial que, además de ser reconocido por sus logros como deportista, dejó su huella por su sencillez, serenedidad y enorme calidad humana.
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Dice que lo hallaron junto a un riachuelo, con las piernas todavía en el agua, cerca de Gila Cliff Dwellings.
Su botella de agua estaba a su lado.
Fue rescatado su cadáver y se está investigando la causa del fallecimiento.
Dice que docenas de personas participaron en su búsqueda, entre ellos los ultramaratón Scott Jurek y Kyle Skaggs.
Recuerdos de Caballo Blanco:
Chris McDougall, autor de “Born to Run”: “Cuando salía a correr, era como si alguien hubiera sonado el timbre del colegio y gritado ‘Recreo’. Era una diversión total”.
Barry Anderson, administrador de “Runner’s Den” en Phoenix: “Era una celebridad internacional como ultramaratón y la primera persona que le daba la mano cuando usted cruzaba la línea final después de él. El hecho de que tantas personas por todo el país lo hayan dejado todo para inmediatamente ir a ayudarlo muestra que él mismo vivía como trataba a sus amigos”.
“Legendario”, “fuente de inspiración”, “mentor”, han dicho otros.
Brian Metzler, editor de la revista Competitor, amigo de Caballo Blanco por 12 años: “Verdaderamente real y muy puro de corazón; alguien que se conectaba con la tierra y con el mundo. Vivía para compartir el evangelio, la felicidad de correr”.
Dice que este año, en la ultramaratón del Barranco del Cobre (Copper Canyon), carrera de más de 50 millas (80 kms), compitieron centenas de personas, la gran mayoría de ellos Tarahumaras, conocidos también como indígena Raramurí, famosos por su capacidad maratónica. El premio consistió en dinero en efectivo y vales para canjear por maíz, una manera de ayudar las comunidades Tarahumaras.
Caballo Blanco se ganaba la vida como guía en los agrestes caminos y pasaba su tiempo entre la Barranca del Cobre y Boulder.
Hasta el último momento, dice la AP, esperaron que en cualquier momento saldría del bosque.
“Caballo Blanco ha tenido el único funeral que la habría gustado: corriendo el campo abierto durante días con sus amigos”, dijo McDougal.
En Urique
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