Setenta y dos inmigrantes asesinados. Setenta y dos vidas truncadas.  Setenta y dos familias destruidas por el dolor, que causa la pérdida de un ser querido que tuvo el atrevimiento de buscar el pan de cada día en el norte.

Gilmar Morales fue uno de los 72, que, según Randal C. Archibold del New York Times, incluían 21 Hondureños, 12 Salvadoreños, 1 Brasileño y 5 Guatemaltecos. Gilmar Morales, había salido con dos parientes suyo, sabiendo que corría peligro.

El camino al norte, dice el Times en el despacho desde Agua Caliente, Guatemala, requiere “evadir a la violenta guerra del narcotráfico en México, barreras, guardas fronterizos, tropas de la Guardia Nacional de EUA, más un fervor anti inmigrante”. También deben cruzar el desierto bajo un calor infernal, y al llegar una economía con pocas oportunidades de empleo.

La madre de Gilmar reconoció a su hijo por la camiseta amarilla que llevaba, cuando la noticia apareció en un reportaje televisado. El crimen ocurrion en el estado mexicano de Tamaulipas, cerca de la frontera con Texas, y las víctimas estaban abaleadas brutalmente.

Muchos de las víctimas siguen sin identificar, agrega.

Dice el Times que centenas de parientes han acudido a las autoridades de sus respectivos países buscando a ver si los cadáveres, son los de su ser querido, de quien no tienen noticia desde hace rato. “Ello sugiere”, continúa el Times, “que muchos más que estos 72 han tenido fines inciertos”.

Diversos informes indican que la inmigración ilegal a los EUA se ha reducido a causa de la crisis económica y las medidas de seguridad del gobierno. Sin embargo, la oleada humana continúa, agrega el Times.

Tal es el volumen, agrega, que Guatemala ha abierto un consulado conjunto con El Salvador cerca de la frontera con México. De Honduras salen diariamente unos 500 inmigrantes rumbo al norte.

Muchos son detenidos y deportados. Según el Times, 27,222 guatemaltecos fueron deportados de los EUA, y 28,800 desde México. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México dijo en un informe que el año pasado 9,758 migrantes fueron secuestrados entre septiembre del 2008 y febrero del 2009.

A medida que van identificando los setenta y dos, se cavarán setenta y dos sepulturas, y setente y dos familias lucharán por seguir adelante, con sus almas enlutadas por el resto de sus días.

Artículo en inglés

Prensa Libre de Guatemala

Foto cortesía de pareeerica via flickr