BigBrotherEsta será la cumbre que Barack Obama quisiera olvidar.

No solo sus amigotes de la G20 no se suscribieron a la idea de que hay castigar a los sirios que matan sirios matando más sirios, sino que los presidentes de dos de las principales naciones de América Latina estaban emputecidos con él a raíz de las filtraciones del señor Snowden en el sentido que la NSA espiaba a Dilma Rousseff y Enrique Peña Nieto y sus equipos.

No solo a nivel político sino también personal.

Cualquier otro escondería la cara de la vergüenza. Como el avestruz.

Informa Simón Romero para el New York Times que la presidenta de Brasil está iracunda.

Rousseff volvió a expresar su desagrado por el espionaje, afirmando que pone en riesgo los intereses y la soberanía económica de Brasil en riesgo. Incluso después de reunirse con el Sr. Obama para discutir el tema en la cumbre, dijo que una visita oficial a EUA prevista para octubre podría ser cancelada.

Dice el Times que el incidente pone a la administración a la defensiva en momentos en que busca fortalecer sus relaciones con Brasil como medida defensiva contra la creciente influencia de China, el principal socio comercial de Brasil en esta década pasada.

Con Peña Nieto, agrega el Times, las cosas no estuvieron tan tensas.

El presidente mexicano “ha adoptado una respuesta más tenue que Rousseff a las revelaciones de espionaje que fueron reportadas el domingo en Brasil por la cadena de televisión Globo”.

Y, ¿qué dice Obama?

Frases de cajón: “Tomo muy en serio sus acusaciones. Comprendo sus preocupaciones. […] trabajaremos con los equipo para resolver esta fuente de tensión”.

Bla. Bla. Bla.

Por su parte, Gleen Greenwald, el hombre que ha escrito sobre las revelaciones de Snowden dijo que está trabajando con Globo en otro informe sobre “espionaje con fines industriales y ventajas económicas”.

Tremenda cumbre para Obama.

Artículo en inglés