Grupos de manifestantes atacaron el martes la carroza que transportaba los restos mortales del criminal nazi Erich Priebke a una iglesia cercana a Roma que había accedido celebrar un funeral.
Priebke, ex capitán de las SS, murió en Roma a la edad de 100 años el pasado viernes mientras cumplía una sentencia de cadena perpetua por su participación en la brutal ejecución de 335 italianos en 1944 en la llamada Masacre de las Fosas Ardeatinas.
Grupos de cinco en cinco fueron asesinados de un balazo en la nuca y luego dinamitados en la cuevas. [Mas información en Wikipedia].
Capturado al concluir la Segunda Guerra Mundial, Priebke escapó a Argentina, instalándose en Bariloche, donde se destacó en actividades sociales de la comunidad alemana.
Fue ubicado en 1994 y deportado a Italia donde fue juzgado y condenado en 1996.
Priebke jamás manifestó arrepentimiento alguno por sus crímenes, escribe Tom Kington en The Guardian.
A su muerte, agrega, el único templo que aceptó el cadáver fue la iglesia de Albano Laziale.
La Sociedad de San Pio X, que se ha separado del Vaticano por su oposición a la modernización de la doctrina católica y a las aperturas hacia las comunidades judías, organizó el servicio fúnebre.
Uno de los miembros más conocidos de la sociedad, el inglés Richard Williamson, niega que el Holocausto tuvo lugar, afirmando que, “No creo que hubo cámaras de gas”.
Los manifestantes patearon, gritando “asesino” e intentaron atacar a un sacerdote, dice The Guardian.
Un grupo pequeño de extremistas de derecha encapuchados dieron el saludo fascista al féretro.
Foto: Wikipedia