Foto panorámica de NASA El aristrócrata y astrónomo Percival Lowell, que vivió en EU en el siglo XIX, estaba convencido de que en Marte vivían seres inteligentes. En 1894 construyó su propio observatorio en Arizona. Tras reiteradas observaciones concluyó que el planeta vecino se desecaba poco a poco, por lo cual sus pobladores habían construido canales para abastecer agua desde los casquetes polares.

Desde finales del siglo XX, cuando comenzaron a enviarse naves terrestres exploradoras, la idea de las civilizaciones marcianas fue descartada y confinada al ámbito de la ficción; paradójicamente, las misiones confirmaron que Lowell tenía algo de razón: el Planeta Rojo, cuya superficie está desolada y seca, probablemente fue húmedo en el pasado.

Y aunque ninguna de las sucesivas misiones ha encontrado indicios vitales, sí se han localizado rastros de antiguos canales fluviales de origen natural, como lechos de ríos; por ello, muchos investigadores postulan que sí podría haber formas simples de vida, de tipo microbiano o vegetal.

El más reciente capítulo en esta búsqueda es protagonizado por el rover Curiosity, que tras posarse en suelo marciano el 6 de agosto ha tomado decenas de fotografías y realizado análisis de compuestos con los instrumentos científicos que porta, incluido el Sample Analysis at Mars (SAM) en el que participa el científico mexicano Rafael Navarro González.

Aunque el planeta vecino alojara agua líquida bajo su superficie (datos aportados por el orbitador Reconnaissance sugieren que hubo flujos de ésta en zonas de pendientes dentro del cráter Newton) eso no resolvería el enigma. Y es que el líquido es un ingrediente necesario, mas no suficiente para la vida, que requiere, además de compuestos orgánicos como el carbono, fuentes de energía.

Antonio Lazcano Araujo, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, se dice escéptico sobre dicha posibilidad: “como escribió alguna vez el biólogo Joshua Lederberg: si hay vida, es seguro que haya agua líquida, pero lo contrario no es necesariamente cierto. Me gustaría estar equivocado, pero me inclino por la idea de que la vida nunca surgió en Marte”, afirmó.

“No creo que la orografía marciana esconda vida aún por descubrir, aunque la posibilidad de que ésta haya surgido en el pasado y luego se haya extinguido no deja de ser atractiva”, añadió el biólogo especialista en el estudio del origen y la evolución temprana de microorganismos.

Pasado cálido y húmedo

Marte es un mundo seco, “frío” e inhóspito (su temperatura media es de -46oC), lleno de desiertos y con una tenue atmósfera que ejerce una presión equivalente a un centésimo de la terrestre. La radiación solar ultravioleta que llega a su superficie evaporaría cualquier traza de agua líquida. Sin embargo, según la NASA, hay evidencias de que ese mundo tuvo un pasado “más cálido y húmedo”.

“Algunos relieves que recuerdan el lecho de ríos secos y minerales que sólo se forman en presencia de agua (líquida) indican que ésta alguna vez fluyó por las arenas marcianas”, explica un comunicado de la agencia. Al bajar la presión atmosférica, el fluido no puede existir, al menos en la superficie (hay indicios de que subsiste en forma de vapor, así como congelada, en los casquetes polares).

Además, dice la NASA, los recientes hallazgos científicos -hechos con telescopios, rovers, y satélites en órbita- sobre todo el de metano en escasa proporción en la atmósfera (de 10 a 50 partes por cada mil millones), “avivan la esperanza de que Marte sea un planeta vivo, en el sentido biológico o al menos geológico”.

En la Tierra 90% del metano en la atmósfera se deriva del metabolismo de organismos vivos, como bacterias -aunque también puede producirse por procesos geológicos, como la oxidación-. Por ello, los expertos esperan que Curiosity pueda hallarlo.

Durante la reunión de la Asociación Geofísica de EU (que se realiza hoy), se revelarán los avances en los trabajos de sondeo del Curiosity.

“Hasta el momento el vehículo no ha detectado metano, está en los límites de su sensibilidad; pero eso no quiere decir que no exista; planeamos hacer otros experimentos donde se enriquezca el aire marciano unas 50 veces más de la concentración normal para ver si así podemos encontrarlo”, comentó Navarro.

Probables zonas habitables

El astrobiólogo del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM consideró que hay varios puntos en el planeta vecino donde hipotéticamente podría alojarse vida microbiana o al menos trazas (el Curiosity busca compuestos como aminoácidos o elementos como carbono). Algunos de ellos son las inmediaciones de las regiones polares o las profundidades de la corteza marciana.

“Hay zonas en los polos donde el agua congelada podría pasar al estado líquido durante el mediodía de los veranos marcianos; eso abriría la posibilidad de que hubiera vida, pero hasta el momento no tenemos indicios”, explicó Rafael Navarro, quien aclaró que el Curiosity proporcionará información sobre el contenido de los diversos estratos geológicos del monte Sharp, una vez que lo suba.

“En la Tierra hay microbios que habitan a 2 o 3 kilómetros de profundidad, donde la radiactividad natural divide las moléculas de agua en H y O. Algunos usan hidrógeno como fuente de energía, así que sería posible que otros similares sobrevivieran miles de millones de años bajo el permafrost marciano, donde habría agua líquida, además del carbono provisto por el CO2”, describió en un reporte Michael Mumma (NASA).

Numerosos estudios en laboratorios y cámaras de simulación terrestres, donde se recrean las condiciones ambientales de Marte, han buscado confirmarlo. Por ejemplo, expertos del Centro Aeroespacial Alemán han hallado que microorganismos nativos del Ártico, como bacterias y líquenes, podrían resistir la radiación marciana e incluso realizar funciones como la fotosíntesis.

Pero para el profesor Lazcano, ex director de la Sociedad Internacional para el Estudio del Origen de la Vida, esto sólo demuestra la capacidad de reparación y adaptación de estos microbios al ambiente simulado, mas no que la existencia haya aparecido en Marte: “los organismos que resisten estas condiciones son proteobacterias, grupo que surgió cuando ya había oxígeno libre en la Tierra; es decir, son todo, menos primitivos”.

EL UNIVERSAL

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Foto: NASA

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