Gran GuerraCon la cercanía este 28 de julio del Centenerio de la “Guerra que acabará con todas las guerras”, conflicto que entre 1914-1918 lanzó a Europa, al siglo 20, transformándola para siempre, están comenzado a hacerse públicos cientos documentos, libros, estudios, análisis, ponencias, mapas, imágenes y mucho más sobre la Primera Guerra Mundial.

Gran parte de esto, no cabe duda, por nuevo y reciente que sea reflejará ante todo el cambio de la visión de la historia según la generación que la perciba.

Encajaría dentro de lo anterior “The Embrace of Unreason, France 1914-1940”, por el historiador Frederick Brown. que reseña y recomienda Michael Korda en The Daily Beast

Como nación, Francia una de las que peor que salió peor librada del conflicto, dice.

Ningún país en el lado aliado — a excepción de Rusia, que además de sus pérdidas astronómicas se sumió en la revolución, la guerra civil, y un aislamiento forzado — ha sufrido más que Francia, nación de 40 millones de habitantes, que tuvo casi 1.4 millones de muertes en el campo de batalla entre 1914 y 1918. En 1918, Alemania sufrió las horribles consecuencias de la derrota; Francia sufrió las de la victoria, cuyo precio fue dividir y amargar la política y la cultura francesas, y conducir a su derrota en 1940.

Al iniciarse la guerra, dice, Francia ya estaba polarizada entre izquierda y derecha, monarquistas (tanto bonapartistas como realistas); entre aquellos que creían en la inocencia del capitán Dreyfus y quienes lo condenaban, entre los que querían un ejército más grande para lograr la revancha con Alemania por la pérdida en 1872,  y los que temían al crecimiento del militarismo.

Más que dividida, dice, Francia estaba astillada, en grupos beligerantes.

Como consecuencia de la Primera Guerra Mundial la nación cayó durante dos décadas en disputas políticas, revolución cultural y caos social que fue a la vez creativo — toda la estructura del modernismo en las artes surgió de allí — y destructiva, ya que produjo un país que había perdido su confianza en sí mismo como una gran potencia.

Todo ello mientras al otro lado del Rin, el nuevo líder hablaba de “potencia mundial o destrucción total”.

Korda recomienda en libro no solo por lo que dice — en cuanto a política, biografía, cultura — sino porque “nuestro propio país se tambalea por el mismo sendero que optó Francia”. Es un libro que presenta un buen ejemplo de cómo, “una gran (y victoriosa) nación puede caer en un estado marginal por negarse a aceptar la realidad”.

Artículo en inglés

Imagen via DB

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