No obstante los impresionantes y elogiables logros de la administración de Joe Biden en vacunar a 232 millones de habitantes, la oposición del partido republicano (léase trumpista) se opone al proceso con el claro fin de deblitar el gobierno.

Para ello usan una serie de teorías de conspiraciones — que el virus no existe, que el aislamiento restrinje las libertades individuales, que el Covid no es muy peligroso. Que las inyecciones traen un microchip para rastrear las actividades de la población vacunada.

Este último fue el argumento que usó uno de los principales legisladores republicanos del sur de California, quien le sacó más de una sonrisa a un experto médico al preguntarle si las vacunas traen un dispositivo para rastrear a los residentes que las reciban.

Don Wagner, miembro de la Junta de Supervisores del Condado de Orange, formuló su pregunta durante una reunión para discutir las vacunas. “¿Hay alguna intención de rastrear a la gente?” Wagner le preguntó al director de la Agencia de Atención Médica de OC, el Dr. Clayton Chau, quien sin inmutarse respondió. No bastó para Wagner, quien siguió. “¿Hay alguno? Nos enteramos de la inyección de un dispositivo de rastreo. ¿Está sucediendo en algún lugar del condado de Orange?” El Dr. Chau hizo una pausa por un segundo antes de soltar una carcajada y decir: “Lo siento, solo tengo que recomponerme. Que yo sepa no hay una vacuna con un dispositivo de rastreo incrustado que exista en ninguna parte del mundo. Punto.”

Pero no es motivo de risa. Ha cobrado un enorme saldo en vidas perdidas y familias destruídas.