El desertor que convenció a la Casa Blanca de que Irak tenía un programa secreto de armas biológicas, razón con que la administración de George Bush justificó la invasión de  esa nación en el 2003, ha admitido por primera vez que mintió, escriben Martin Chulov y Helen Pidd en el diario londinense The Guardian.

El artículo, publicado ocho años después de la intervención del Secretario de Estado de EUA Collin Powell ante la ONU donde documentó con cuadros y fotografías el programa de las llamadas Armas de Destrucción masiva, dice que Rafid Ahmed Alwan al-Janabi, con el seudónimo de Bola Curva  que le asignaron las agencias de inteligencia estadounidense y alemana, afirmó que se había inventado las acusaciones de camiones con armas biológicas móviles y fábricas secretas porque buscaba derrocar el gobierno de Sadam Hussein.

“Pude estar correcto como pude estar errado”, dijo. “Me dieron la oportunidad de inventarme algo que tumbara el régimen. Mis hijos y yo nos sentimos orgullosos de ello y que fuímos la razón de que Irak ha tenido un espacio para la democracia”.

Janabi dice en una entrevista con el Guardian que sus aseveraciones ya habían sido desacreditados por la inteligencia alemana y que le sorprendió que se usaran para documentar el caso presentado por Collin ante la ONU. Al quejarse a la inteligencia alemana de que habían violado el acuerdo de no compartir esa información con otros países, dice, fue incomunicado por 90 días.

Por otra parte, Donald Rumsfeld, Secretario de Defensa y proponente de la invasión acaba de publicar en su autobiografía de 815 páginas “Known and Unknown” que no hubo un programa de armas destrucción masiva.

Unos 100,000 civiles han muerto en Irak a raíz de la guerra. Aunque es difícil de establecer el costo preciso, algunos cálculos dicen que EUA ha gastado más de US$700,000 millones en este conflicto.

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Artículo en inglés con video

Foto cortesía de rinzewind via flickr

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