Todos mentimos, ¿verdad?
Esta semana hemos presenciado, nuevamente, el descaro con que los candidatos mienten al público. Esta vez es Ben Carson, nuevo héroe de la ultraderecha de EUA cuyo éxito se debe a una combinación de religión, patriotismo e integridad.
En días recientes, el neurocirujano que nunca pierde la compostura, ha trepado en las encuestas, casi alcanzando a Donald Trump.
Pero existen serios cuestionamientos en por lo menos tres de los episodios de su narrativa repetida durante años en libros, entrevistas por todos los medios.
Dijo que lo habían aceptado becado a West Point, la escuela de oficiales de EUA; no hubo tal.
Dijo que en 1968, seguido el asesinato de Martin Luther King Jr., él protegió a varios estudiantes de raza blanca en su escuela secundaria en Detroit; no hubo tal.
Dijo que en la universidad un profesor hizo una prueba de “honestidad” y él fue el único estudiante honesto; no hubo tal.
Ni es la primera vez que un candidato miente ni será la última.
En 2008 Hillary Clinton la actual favorita del partido demócrata inventó un cuento chino de francotiradores en Bosnia disparándole a ella y a su hija.
No hubo tal.
Hillary sobrevivió esas mentiras; ¿sobrevivirá Carson?
Igualmente presenciamos otro incidente donde la mentira es clave. En la Casa Bush, dinastía que parece no bastarle con dos presidentes llamados George, ahora quieren uno llamado Jeb.
En su nueva biografía, George padre denuncia a Dick Cheney y Donal Rumsfeld (asesores de ambos Georges) por empujar a George hijo hacia la guerra en Irak.
Pero George hijo se distanció de las declaraciones de George padre y respaldó a Cheney y Rumsfeld.
Dentro del drama entre poderosos, nada se dijo sobre el hecho que las decisiones de Bush hijo, con Cheney y Rumsfeld, han causado una catástrofe humanitaria: Cientos de miles de muertos, engendrando el Estado Islámico, la ola de refugiados y sumiendo a EUA en un vórtice de guerras sin fin.
Esta primera semana de noviembre, cuando el calor recuerda la primavera, el presidente Obama tomó una posición a favor del medio ambiente y rechazó la construcción del oleoducto de Keystone XL — todo ello en vísperas de la conferencia de la ONU sobre cambio climático que tendrá lugar en París.
La semana cerró con un cachetadón a toda la gente decente del mundo. La cadena NBC desoyó a de medio millón de personas y permitió que Donald Trump fuera el presentador del programa Saturday Night Live.
Así haya sido de manera jocosa, cuando el cómico Larry David gritó “Donald Trump es un racista”, habló por gran parte de los 57 millones de latinos que no le ven nada humorístico en sus insultos.
Otra semana que pasó en EUA.
Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, NY noviembre 8, 2015
https://youtu.be/hvyLVTeykv8
