ALCALDEAl mismo tiempo que agarra vuelo la campaña para alcalde de New York, comienza la prensa a evaluar el legado de Michael Bloomberg, quien después de 12 años al timón de la capital del mundo se apresta a entregar el mando.

Ginia Bellafante, del segmento Big City en la sección Metropolitana del New York Times, tiene una opinión clara, directa y sin medir palabras: Bloomberg representó el 1% de la ciudad.

Típica de esta orientación al sector financiero por parte del alcalde, dice el Times, fue la visita espontánea a las oficinas Goldman Sachs, donde los plutócratas mejor pagados del mundo estaban cabizbajos luego de un artículo de opinión muy crítico sobre la codicia en el sector.

El alcalde Bloomberg, recuerda el Times, mostró su solidaridad con Goldman Sachs y su plana mayor:

“Entre las diversas imágenes duraderas de los años Bloomberg, muchas de ellas son positivas y otros tal vez incluso hasta bendecidas: carriles de bicicletas, restaurantes sin tabaco, las nuevas extensiones de espacios verdes, la mayor presencia de ferries en las vías navegables de la ciudad. Pero en mi opinión, este gesto de alcance terapéutico a una institución que estafó a sus propios clientes es incomparable en su peso simbólico al encapsular claramente las alianzas más devotas de la alcaldía y las repercusiones cívicas acompañantes, el incansable servilismo a la clase superior.

“Ningún alcalde en la historia de New York ha hecho más por consolidar la identidad de la ciudad con Wall Street. Bloomberg, obviamente, no asume la responsabilidad por la creación de los indescifrables, instrumentos financieros cuyas ventas dieron lugar a nuestra crisis económica y la letanía de miserias personales que siguieron, pero fue uno de los partidarios y sostenes más apasionados en el país de Wall Street durante sus horas de mayor desquicio ético.

“No es que el simplemente haya sido un campeón tan obvio de la industria financiera, sino también que en la ciudad que el manejó escasamente pudo tolerar ninguna disidencia hacia la misma.

“Esto fue evidente en la forma en que su departamento de policía recibió a Occupy Wall Street, con gases de Mace y detenciones sin sentido, en última instancia desalojando Zuccotti Park donde los manifestantes habían acampado, con la ayuda de las sirenas y equipo antidisturbios, como si Manhattan hubiese sido tomada por Sendero Luminoso”.

Artículo en inglés

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