Magníficas noticias para las esposas con bebés pequeños: mientras más se involucren sus maridos en el cuidado de los recién nacidos, menores serán sus niveles de testosterona, la hormona que define la masculinidad y, bueno, menores las probabilidades de que se aburran.
Según Pam Belluck en el New York Times, un estudio indica que los hombres poseen sistemas hormonales que evolucionan, ayudándoles a dedicarse a sus familias desde el momento en que nacen los críos.
El estudio muestra también que la conducta de los hombres puede afectar las señales hormonales enviadas a sus cuerpos, no siendo únicamente las hormonas las que afectan el comportamiento.
Dice el Times que algunos expertors consideran que el estudio prueba que la evolución quiere que las mujeres tengan ayuda en la crianza de sus hijos.
Es el primer estudio grande que mide los niveles de testosterona en los hombres desde que estaban solteros hasta años después de haber sido padres, apunta.
Christopher Kuzawa, co-autor del estudio y antropólogo de Northwestern, dijo al Times que en un comienzo los altos niveles de testosterona aumentan la probabilidad de ser padres, “Probablemente porque los hombres con niveles de testosterona elevados son más agresivos al competir por mujeres y lucen más saludables y atractivos”.
Sin embargo, no importa cuáles fueran los niveles iniciales, luego de que nacían los bebés, caían por los suelos.
Así, mientras más pañales cambie, más balancee al nene en la rodilla, más le bañe, cante, lea y le juegue, menores serán sus niveles de la hormona que en su estado de solteros los volvía machos.
Foto cortesía de jukka1 via flickr