Mientras Roma ardía, Nerón tocó la cítara y cantó, vestido para la ocasión, el Iliou persis (el Saqueo de Troya). Eso más o menos es la esencia de una nota esta mañana de Matt Apuzzo en el Huffington Post.

Dice que durante la bonanza del 2003-06, las tres agencias gubernamentales que supervisan la mayoría de los bancos de EUA premiaron a sus empleados con bonos en no menos de $19 millones de dólares en bonos a sus empleados, dice

Explica que casi la totalidad de esa suma distribuida entre el personal del Federal Deposit Insurance Corp. (FDIC), Office of Thrift Supervision (OTS) y Office of the Comptroller of the Currency (OCC), reconocía un rendimiento “superior”. La gran mayoría la recibieron investigadores financieros, cuyas responsabilidades incluían el escrutinio de los documentos bancarios.

Estos eran los días en que los políticos limitaron las regulaciones, animando a los bancos a que concedieran préstamos riesgosos. Centenas de miles de familias compraron casas muy caras para ellas. Las hipotecas se encontraban sin el menor esfuerzo. Los banqueros compraban esas hipotecas sin jamás preguntarse cómo serían pagadas. Y las agencias de calificación les daban el visto bueno.

Y luego, todo se fue pa donde sabemos.

Artículo en inglés

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