El valle del río Pech, en la provincia de Kunar, en el este de Afganistán es un lugar recóndito en un agreste terreno que hasta el año pasado los estrategas militares de EUA habían considerado de importancia clave para la guerra que en esa nación ya ha cumplido 11 años. Al menos 103 soldados de EUA perdieron la vida y cientos de otros sufrieron heridas de gravedad capturándola y manteniéndola de las fuerzas de extremistas musulmanes conocidas como los Talibanes y AlQaeda.

Hoy día, informan C.J. Chivers, Alissa J. Rubin y Wesley Morgan en el New York Times, EUA está retirándose del área, en un proceso que durará hasta febrero. “Funcionarios estadounidenses dicen que su lógica es simple y convincente: el valle consumía recursos desproporcionados con su importancia; las fuerzas pueden desplegarse en otras áreas; y de todas maneras no hay suficientes tropas para lograr una victoria decisiva en el Valle del Pech”.

Tropas del gobierno central seguirán en el valle.

Aunque el repliegue responda a la estrategia militar implementada a raíz del cambio del comando superior en julio de año pasado, para la oposición afgana tiene un gran valor simbólico, agregan. Fue precisamente en el valle del Pech que en 1988 comenzó la retirada de las tropas invasoras de la Unión Soviética, marcando el comienzo del fin de esa sangrienta y fracasada aventura.

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Foto cortesía de dvidshub via flickr