Princesa de Disney en su niñez, criada entre riqueza y privilegio, Miley Cyrus ha logrado escandalizar a los mojigatos de todo el planeta. Pero detrás de las provocadoras poses, esconde una persona que piensa sobre el mundo que la rodea y quiere usar el poder de su persona para cambiarlo.
Así la describe la revista PAPERMAG en donde aparece en una nota de portada: “A los 22 años de edad es quizás la activista social más inesperada y una de las más poderosas. Ahora canaliza esta influencia para contrarrestar lo que ella considera una realidad inaceptable: Jóvenes perseguidos y obligados a renunciar a su sexualidad”.
Con este fin trabaja con la fundación Happy Hippie que ayuda jóvenes LBGT.
También tiene un compromiso con las personas sin techo, el cual manifestado ampliamente, incluso pidiendo a una persona sin techo que recibiera un premio a nombre de ella, en una de las elegantes galas de Hollywood.
Dice que no es posible ignorar el problema de la gente sin techo. “No puedo andar en mi puto Porsche sin hacer nada. Todos los días veo gente en sus Bentleys y Rolls y sus Ubers, que pasan de largo estos veteranos que han luchado por nuestro país, o estas jóvenes mujeres que han sido violada. Hace dos días me presenté en un concierto y tenía alas de mariposas y maripositas que me cubrían los pezones. Ahí estoy, con las tetas al aire, disfrazada de mariposa. ¿Cómo putas es justo eso? ¿Por qué tengo tanta suerte?”
También habla sobre sus preferencias sexuales. “Todo lo que sea legal, está bien. Está con cualquier adulto — cualquier mayor de 18 años que me quiera amar. No miro si es chico o chica y no espero que mi pareja lo haga.
“Literalmente estoy abierta a cualquier cosa que sea consensual y que no involucre animales o personas menores de edad”.
