eric garnerTal como la respuesta policial a las protestas en Ferguson, Missouri, sobre la muerte de Michael Brown ha generado un debate nacional sobre la militarización de la policía local, la muerte de Eric Garner tras ser estrangulado por un agente de la policía en New York debería conducir a un debate sobre la llamada teoría de las ventanas rotas, escribe Nick Gillespie en The Daily Beast. 

Esta teoría, fundamento filosófico de la policía neoyorkina y la de otros centros urbanos, sostiene que es preciso implementar tácticas agresivas en las comunidades pobres para impedir que empeoren las situaciones. Deriva su nombre de la analogía que usan los autores con un edificio abandonado: Si unos vándalos rompen ventanas y nadie las arregla, otros romperán más ventanas.

Desde los días de Rudy Giuliani, la policía de New York ha implementado la teoría de las ventanas rotas. “El asesinato y el graffitti son diferentes, pero al mismo tiempo son parte de un proceso, un clima que tolera uno tolera el otro”.

Explica Daily Beast que en la práctica, esta teoría busca controlar la venta de cigarrillos menudeados, o “Looseys”, que se venden a US$.75 cada uno en Staten Island y el doble en Manhattan.( En New York, los cigarrillos que llegan a costar hasta US$12, son una importante fuente impuestos).

Además, la venta de “Looseys”, sostienen los promotores de la teoría de las ventanas rotas, puede conducir a aceptar el consumo de alcohol en las calles, el uso de la marihuana y una serie de delitos menores que pueden conducir a crímenes más serios.

Sin embargo, señala Daily Beast, hay quienes piensan que la agresividad policiaca innecesariamente fomenta tensiones con la comunidad.

Por ello,

La conversación sobre la militarización de la policía que se inició a raíz de Ferguson ha resultado en cambio real: En nombre de la transparencia, un creciente número de departamentos de policía y el gobierno federal están llamando para el uso de cámaras corporales que por lo menos capturen parte de los enfrentamientos como el que condujo a la muerte de Michael Brown.

Es hora de que tenga lugar el mismo tipo de conversación franca sobre la táctica policial de las ventanas rotas. Se puede decir con seguridad que nadie piensa que vender “Loosies” es un delito capital, pero si la policía causa la muerte por estrangulamiento de un hombre en proceso de arrestar, las cosas se ponen bastante turbias muy rápido.

Artículo en inglés