De Berlusconi a TrumpNada convencional y totalmente impredecible. Estas han sido dos de las críticas que ha recibido Donald Trump por parte del ‘comentariat’ político de EUA. Y estos son, precisamente, los rasgos que un substancial segmento del electorado estadounidense ha encontrado atractivo y que se traducen en el éxito dentro de la primaria del partido republicano que ha puesto patas arriba esta temporada electoral.

Darrell M. West Reseña en Brookings.edu el éxito que a través del mundo han tenido milmillonarios que han decidido presentarse como candidatos.

La larga lista incluye: Bidzina “Boris” Ivanishvili, de Georgia, Michael Bloomberg y Donald Trump de EUA, Silvio Berlusconi, en Italia; Serge Dassault, Francia; Frank Stronach, Austria; Clive Palmer, Australia; Zac Goldsmith, Reino Unido; Petro Poroshenko, Ukraine; Andre Babis, República Checa, Thaksin Shinawatra, Tailandía; Manuel Villar, Filipinas; Najib Mikati y Rafiq Hariri, en Líbano; Vijay Mallya y Nandan Nilekani, en India; y en Rusia Mikhail Prokhorov, Andrei Guriev, y Sergei Pugachyou.

Con la excepción de Prokhorov, que perdió ante Vladimir Putin otro hombre muy rico, y Nandan Nilekani, todos ellos ganaron los cargos que buscaban.

Explica el por qué.

A través de su control de los medios y dinero, deslumbran al público con lenguaje duroe ideas audaces, y afirman que su éxito empresarial garantiza la eficacia política. Trump sigue este enfoque, dirigido al electorado blanco, obreros que sienten se han quedado atrás. En algunos de los estados de las primarias, las encuestas a boca de urna han demostrado que el magnate atrae votos de los independientes e incluso entre demócratas descontentos.

Trump ha tenido éxito precisamente porque es diferente del político típico. Para la consternación de sus contrincantes, se ha comprometido a construir un muro a lo largo de la frontera con México a un costo de US$10 mil millones; y ha dicho que EUA debe prohibir el ingreso de musulmanes al país. Él, además, ha repudiado la ortodoxia tradicional de su partido de recortar en los programas sociales y mantener las lagunas fiscales para los ricos, y ha argumentado que los líderes deben hacer más para ayudar a la persona común y corriente.

Parte del atractivo de Trump florece entre los votantes de clase trabajadora que se han quedado atrás durante las últimas décadas. Los que no han visto ningún crecimiento en sus salarios durante 30 años y a quienes les preocupan los cambios demográficos de América. Ellos no creen que el libre comercio les haya beneficiado ni que la inmigración haya mejorado la economía.

El guión de Trump, sostiene la nota en Brookings, no es muy diferente de la de sus compadres milmillonarios en otras naciones. Su público piensa que como son ricos y exitosos no tienen a quién responder, que nadie podrá comprarlos.

Artículo en inglés

Berlusconi