Aunque los candidatos apoyados por la Casa Blanca no ganaron las nominaciones del partido demócrata, la elección tampoco favoreció al partido republicano, dice The Economist en un análisis desde Londres.

Señala que para los republicanos, la mayor decepción fue no haberse apoderado de la silla del fallecido John Murtha en el oeste de Pensilvania. Los republicanos postularon a Tim Burns, quien a pesar de tener el apoyo del “tea party” no logró vencer al antiguo asistente de Murtha.

“De hecho, los republicanos parecen estar descubriendo que el haber fomentado el movimiento “tea party”, en su mayoría formada por conservadores contra el gobierno, ha impedido que el partido nacional concentre su fuego contra los demócratas”.

Uno de varios casos citados: en Kentucky, Rand Paul candidato del “tea-party” derrotó al candidato oficial del partido republicano por 24 puntos.

Después de anoche, la dirección del partido republicano podría llegar a la conclusión de que el movimiento “tea party” es más peligroso para ellos que para los demócratas, agrega. “Hasta el momento, la ira populista contra los demócratas ha resultado en pocos beneficios tangibles para los republicanos”.

En otras palabras, la cosa se pone cada día más interesante.

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