Bajo la sección Mujeres en el Mundo, Danielle Shapiro presenta en Daily Beast la inspiradora historia de una doctora estadounidense luchando para realizar su sueño de un hospital flotante que navegue las aguas del lago Tanganyika en Africa en una misión humanitaria que salvará incontables vidas.

Shapiro sigue a la doctora Amy Lehman, de 37 años, y nos la muestra moviendo cielos y apartando aguas mientras entrega en varias aldeas 150,000 mallas contra mosquitos, artículo básico que puede ser la diferencia entre la vida y la muerte al protegerles de la malaria. La malaria, señala, es la principal causa de la muerte y las enfermedades en el Congo, donde casi el 95 por ciento de sus 70 millones de habitantes viven en áreas afectadas por la malaria.

La doctora Lehman creó una fundación sin fines de lucro, la Clínica Flotante de Salud Lago Tanganyika (LFTH) cuyo objetivo es la creación de un barco, “[…]equipado con salas de operaciones, una unidad de cuidados intensivos, un techo verde, y las telecomunicaciones para navegar el lago. La nave le llevará la sumamente necesaria atención médica a los 3 millones de personas que viven a lo largo de sus costas en el Congo, Tanzania, Burundi y Zambia”. El Lago Tanganyika es el más grande del mundo y el segundo más profundo.

Básicamente, la filosofía de Lehman es si los habitantes no tienen clínica a donde acudir, el hospital llegará a ellos.

Quijotesca empresa, como podemos ver, pero realizándose gracias a la energía, el terco empeño y compromiso inquebrantable de la doctora Lehman. Enfrenta problemas por todos los flancos. El más básico, financiamiento: “Lehman necesita recaudar unos US$6 millones solo para construir el barco, aunque dice que detesta pedirle dinero a la gente. Hasta el momento, ha obtenido unos US$795,000, la gran parte de esta suma la ha gastado en servicios directos”.

Y eso es solo el comienzo, ya que una vez se construya y coloque el barco en el agua, será necesario mantenerlo y equiparlo.

Pero, agrega Shapiro, Lehman ha tenido que superar más de un desafío en su vida personal. Años en una silla de ruedas durante su niñez; madre soltera que sufragó sus estudios en la universidad de Northwestern mientras trabajaba y criaba a su hijo. La tenacidad la lleva en el ADN.

Traductores. Aduanas. Abastecimientos. Inmigración. Múltiples culturas. Todos estos obstáculos los está superando la doctora Lehman, quien como muestra de que siente su misión a flor de piel, tiene en su espalda un enorme tatuaje con un mapa del área.

Concluye Danielle Shapiro que los cineastas Fisher Stevens y Mark Monroe están preparando un documental sobre la doctora Amy Lehman.

Fotografías cortesía de Danielle Shapiro

Artículo en inglés