Sin embargo, en algunos sitios, es posible acercarse a estas magníficas bestias de unos tres metros de largo y una nariz larga. Unos 200 turistas cada mes pueden nadar con ellos en las turbias aguas amazónicas, recordando que por más que los humanos los alimenten tres veces diarias, en efecto, se trata de animales salvajes.
Informan Fanny Lothare y Pierre More
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