‘Y algo me dice que en este escándalo los valores democráticos pesaron mucho menos que los bolsillos’.

María Jimena Duzán, periodista de investigación colombiana con un CV de millas de largo, expone en la revista Cambio detalles de un chanchullo que aparentemente embadurna de corrupción y desfalco al expresidente Iván Duque y a Juan Guaidó, el autodenominado presidente interino de Venezuela.

Titula la nota “Lo que calla Iván Duque”. Apartes:

“Ahora que la política exterior colombiana está recobrando la sensatez y se reanudan las relaciones con Venezuela, se empiezan a conocer los pormenores de un escándalo que no deja bien parado ni a Iván Duque ni al gobierno interino de Juan Guaidó.

“Me refiero al saqueo que sufrió Monómeros, la empresa venezolana que opera en Barranquilla y que suministra el 37 por ciento de los fertilizantes que se utilizan en el campo colombiano”.

[…] Lo que pasó después fue denunciado en un demoledor informe hecho por una comisión de la Asamblea Nacional de Venezuela que reconoce a Juan Guaidó y que le fue enviado al presidente Iván Duque el 25 de octubre de 2021. Allí se le informó que funcionarios y exfuncionarios de su gobierno participaron en una toma hostil en contra de Monómeros que fue sustentada en informes falsos y manipulados. Duque ni se mosqueó.

[…]Según la denuncia, la toma hostil fue diseñada por Nitron Group, uno de los principales proveedores de Monómeros, con el objetivo de llevar a la quiebra a esa empresa y apoderarse de esta. Como parte del plan, Nitron creó una filial en Colombia, que se llama Nitrofert.

[…]

¿Cuál era el interés que tenía el gobierno de Duque en acabar a Monómeros para favorecer a Nitrofert? No lo sabemos. ¿Por qué quería Duque acabar una empresa que tiene cientos de trabajadores colombianos y favorecer en cambio a la competencia desleal que fragua tomas hostiles? Tampoco lo sabemos. ¿Por qué metió en este baile a la Superintendencia de Sociedades, al Ministerio de Agricultura, al Dapre, a Migración Colombia y al DNI?

Silencio total..Las “ias” no investigaron ni las alarmas se prendieron. A Duque no le gusta que Colombia reabra las relaciones con Venezuela, porque le parece que es una falta a la ética política pero calla cuando los corruptos son sus amigos. Y algo me dice que en este escándalo los valores democráticos pesaron mucho menos que los bolsillos.

Artículo completo en Cambio