Libres con chinches de camaNEW YORK — Si buscaba una buena razón para comprar un lector de libros electrónicos, ésta es perfecta: los libros de las bibliotecas públicas pueden contener tesoros que no son literarios: chinches de cama.

Los repugnantes insectos, que en tiempos recientes nos han puesto a rascar en tiendas, oficinas, hoteles, teatros, ahora se han venido ilustrando en las bibliotecas, informa Catherine Saint Louis en The New York Times, donde se esconden en la encuadernación de los libros.

También han aparecido en las sillas y sofás de estos recintos del conocimiento.

Dice el Times que en las bibliotecas de la ciudad, igual que en otras del país, se ha asignado a los empleados la desagradable pero necesaria labor de examinar los volúmenes, uno por uno, en busca de rastros como cadáveres, excremento o las mismas chinches vivas y coleando.

Los libros infectados reciben un tratamiento con calor.

Además, se están colocando trampas debajo de las sillas, mientras que perros entrenados en detectarlas han visitado algunas bibliotecas.

Los libros más infectados son los bestsellers — no porque las pinches chinches sepan qué está leyendo los neoyorkinos, sino porque son los que mayor contacto tienen con el público.

 Foto cortesía CCAC north library via flickr 

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