Ni una masLos ingredientes están todos. Niña humilde, hijo de papi con todos los privilegios. Secuestro y todo lo que siguió. Culpable escondido en una clínica. Escena del crimen alterada. Informaciones que no cuadran. Indignación generalizada.

Como siempre los políticos oportunistas tratan de sacar partido. Los enemigos de la cadena perpetua, los que se la hundieron tres veces a Gilma Jiménez, son ahora sus adalides. Los medios especulan. En el colmo del oportunismo, una mujer que respeto, Martha Lucía Ramírez se va para la funeraria a donde velan a la niña Yuliana a “chupar rueda”.

Reflexiones de Juan Manuel UrrutiaTragicomedia típica colombiana. Todo es indignación y leyes, muy poco es acción y nada es reflexión.

El degenerado que cometió este monstruoso crimen se merece todo el peso de la ley, pero también el más absoluto respeto de sus derechos. Como se lo merecen todos los otros degenerados que diariamente violan a cuatro menores de edad en Colombia y todos los que le pegan y maltratan a los niños. Y como se lo merecen todos los que matan a miles de mujeres, por eso porque son mujeres, y los que les pegan y las maltratan.

En Colombia cuatro niños o niñas, en su mayoría entre los 5 y los 15 años de edad son sexualmente abusados cada día. En la mayoría de los casos la víctima es una niña y casi siempre el victimario el padrastro o compañero de momento de la madre. En muchos casos la madre es cómplice o calla para no perder al compañero.

Medicina legal tiene los datos.

Este lunes circuló en las redes sociales la siguiente noticia:

En ese caso los padres de la menor la llevaron al hospital y luego se volaron. O sea, que en el hospital no hay un protocolo para reportar y detener a los padres de una menor víctima de tan flagrante violación de sus derechos.

El caso fue el 16 de noviembre. La noticia salió en El Tiempo. No recuerdo la indignación de los periodistas, hoy ansiosos de promover el linchamiento de Uribe Noguera y de paso el de sus hermanos. No recuerdo la visita de Martha Lucía al hospital de Suba. No recuerdo el proyecto de ley de Lizcano pidiendo cadena perpetua y fast track judicial.

Me queda la sensación de una especie de ley del embudo al revés. Estuve buscando el rastro de los padres que abandonaron a la niña en el hospital de Suba el 16 de noviembre y ni la W, ni Blu Radio, ni el mismo El Tiempo reportan sobre su captura en medio de la indignación de la población, ni de su traslado en tanqueta a Paloquemao. No he encontrado las declaraciones de la directora del ICBF por esos días. La niña que murió en el hospital de Suba tenía 2 añitos. No hay culpable, no hay proceso, no hay vestiduras rasgadas.

Uribe Noguera merece todo el peso de la ley. Quienes alteraron la escena del crimen también. LA clínica que trató de “protegerlo” tendrá que dar explicaciones.

Pero los niños y las niñas de Colombia merecen más que oportunismo de los medios y de sus dirigentes.

Es tiempo de que quienes tienen el mandato de desarrollar políticas púbicas de protección de los derechos de los niños cumplan con su tarea y dejen su constante afán mediático.

Es tiempo para que, desde la Presidencia de la República, se convoque a los actores del Sistema Nacional de Bienestar Familiar Fiscalía, Defensoría, Procuraduría, Ministerios de Educación y Salud, Medicina Legal, todos articulados por el ICBF para que se inicie un proceso de desarrollo de una política pública para la prevención del abuso sexual y la violencia contra los niños y las niñas.

Según las estadísticas de Medicina Legal, ese año han sido víctimas de abuso sexual 120 menores de edad por mes, es decir que cerca 1332 menores de edad ya habían sido víctimas de abuso el domingo 4 de diciembre cuando Uribe secuestró a Yuliana.

Y había pasado muy poco. ¡Ahora todos quieren que pase todo!

Y así seguiremos hasta la próxima vez que el desgraciado de turno y su víctima reúnan las condiciones necesarias para que los medios vean “rating” y volvamos a la tragicomedia.

Yo quisiera invitar a quienes se han indignado a que se manifiestan, a que exijan justicia, pero les propongo que no paren ahí. Hay muchas acciones pendientes para prevenir esta horrible epidemia que nos azota.