Los rumores de que indígenas del Pueblo Tarahumara se están suicidando porque no tienen qué alimentar a sus hijos no son ciertos.
Informó la AFP que José Guadalupe Gasca, sacerdote jesuita y director de un hospital que atiende a indígenas rarámuris en Chihuahua, alertó el lunes sobre la agravación de la hambruna en esa comunidad y reconoció la muerte de una menor días atrás, pero desestimó una denuncia sobre una ola de suicidios en la región.
La hambruna existe desde hace décadas, dice, pero “este año se ha agudizado por la sequía, pero es una exageración hablar de suicidios. Yo recorro las comunidades rarámuris y no he comprobado nada”.
Se refería a la denuncia por el Frente Organizado de Campesinos de que unos 50 indígenas rarámuris se suicidaron en 2011 lanzándose al vacio en la sierra Tarahumara ante la impotencia de no tener alimentos para sus hijos.
El jesuita que desde hace largo tiempo presta ayuda a los indígenas rarámuris junto con organizaciones civiles, explicó que la clínica Santa Teresita, que él dirige, ha tratado en los últimos meses casos sumamente críticos de niños con desnutrición, agrega la AFP.
“No se ha incrementado el número de casos, pero sí son más graves. Antes en un mes, a lo sumo 50 días y se recuperaban. Ahora tenemos niños que han necesitado tres meses de hospitalización y, desafortunadamente, una niña de tres años murió, lo que no pasaba en años”, destacó el religioso.
En distintos puntos de México se realizan colectas de alimentos para ser enviados a la sierra Tarahumara junto con ayuda gubernamental, apunta.
Gran parte del norte del país sufrió en 2011 una severa sequía, de las más graves en décadas y según datos de la secretaría de Agricultura, se perdieron casi 1 millón de hectáreas de cultivos y unas 50,000 cabezas de ganado.
Los tarahumara se encuentran en su mayoría en el estado de Chihahua y podrían sumar unas 50,000 personas.
Fuente: El economista
