En vísperas del inicio de la edición centenaria del Tour de France, Le Monde publica una entrevista con Lance Armstrong, ganador de siete Tours y luego despojado de todas sus victorias tras haberse probado que se había dopado.
Recogemos apartes de la versión abreviada por FranceTV.
Como era de esperar, la entrevista comienza con el Tour de Francia.
“El Tour de Francia es un evento de resistencia donde el oxígeno es fundamental […] Para darle un ejemplo, [la substancia] EPO no ayudará a un velocista a ganar los 100 m, pero va a ser crucial para un corredor de los 10,000 m. Esto es obvio”.
¿Seguirá la carrera este año? “Trataré de ver la carrera en la televisión de vez en cuando. Mentiría si te dijera que voy a organizar mis días para poderla seguir paso a paso”, responde.
Asegura que “todavía me encanta el Tour y todo lo que representa.”
¿Le hubiera gustado estar presente? “No. Incluso si me hubieran invitado, hubiera preferido quedarme en casa con mi familia …”
“Yo no inventé el dopaje (…) Ahora que han retirado mi nombre de las listas de ganadores, pero el Tour se realizó entre 1999 y 2005, entonces pues quien es el ganador. Nadie ha tratado de reclamar mis camisetas”.
“Nuestro sistema [antidopaje] era muy simple, muy conservador, y no era malo, como he oído de boca de la Agencia Mundial Antidopaje, entre otros. Un montón de evidencia de lo que digo y la historia muestra que no todo era una postura de USADA [Agencia Antidopaje de EUA] para hacer ruido”, añade.
Más tarde, completó: “Nuestro sistema era bastante básico y seguro”. Armstrong dijo que tenía más miedo de las aduanas y los controles antidopaje de policía.
“El dopaje existía en los tiempos antiguos y probablemente siempre existirá. Sé que esto no es una respuesta popular, pero por desgracia, es la realidad”.
Lance Armstrong se disculpa por “la decepción y la ira entre los que creen” en él. “Entiendo, y estoy profundamente arrepentido. De muchas maneras, nunca lograré arreglarlo, pero me paso la vida tratando.” “Yo era muy duro con la gente”, dice.