Aunque lo más probable es que jamás lleguemos a saber hasta qué punto nos han espiado, husmeado, monitoreado, vigilado e investigado la NSA y demás organizaciones de inteligencia, lo que va saliendo a cuentagotas gracias a las revelaciones de Edward Snowden es una olla podrida, un cajón de Pandora de excesos, abusos, mentiras, descuidos y, según una nota en The Daily Beast, pagos millonarios.
Dice que los archivos muestran que la NSA pagó millones de dólares a las compañías de tecnología por los costos del programa PRISM.
Los costos fueron incurridos después de que un fallo del 2011 encontrara que la agencia había violado la Cuarta Enmienda de la Constitución al no separar las comunicaciones nacionales de las internacionales.
Los archivos recientes muestran la primera evidencia de las relaciones financieras entre la NSA y empresas participantes en PRISM que incluyen Yahoo! y Google.
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