ESTOCOLMO.— Por descubrir que las células adultas pueden ser reprogramadas para convertirse en pluripotentes o células madre, el investigador británico John Gurdon (Cambridge, 1933) y su colega japonés Shinya Yamanaka (Higashi Osaka, 1962) ganaron este lunes el Premio Nobel de Medicina.

Los investigadores son autores por separado y en distintos momentos de un trabajo que ha revolucionado la medicina regenerativa al establecer las bases para reprogramar células adultas en células pluripotentes, lo que permitirá curar enfermedades mediante la regeneración de tejido saludable.

Gurdon y Yamanaka fueron reconocidos con la distinción por el Instituto Karolinska de Estocolmo, que un comunicado apuntó que los hallazgos de estos científicos “han revolucionado nuestro conocimiento sobre cómo se desarrollan las células y los organismos”.

La institución subrayó que los trabajos de Gurdon y Yamanaka “han hecho cambiar los libros de texto y han creado nuevas oportunidades para el estudio de las enfermedades y el desarrollo de métodos para diagnósticos y terapias”.

Etapas del hallazgo

En 1962, cuando Yamanaka apenas nacía, Gurdon descubrió que la especialización de las células es reversible. En un experimento clásico, reemplazó el núcleo de la célula inmadura en una célula del óvulo de una rana con el núcleo de una célula intestinal madura y de esa forma este óvulo modificado se convirtió en un renacuajo normal.

Tras el proceso desarrollado, el ADN de la célula madura todavía tenía toda la información necesaria para desarrollar todas las celdas de la rana.

Cuarenta años después, en 2006, Shinya Yamanaka encontró la forma cómo las células intactas maduras en ratones podrían ser reprogramadas para convertirlas en células madre inmaduras. Sorprendentemente, mediante la introducción de sólo unos pocos genes, se podría reprogramar células maduras para convertirse en células madre pluripotentes, es decir, células inmaduras que son capaces de convertirse en cualquier tipo de células en el cuerpo.

El comité de premiación, en el Instituto Karolinska de Estocolmo, dijo que “los descubrimientos de Gurdon y Yamanaka mostraron que las células especializadas pueden dar marcha atrás al reloj del desarrollo bajo ciertas circunstancias. Estos descubrimientos también aportaron nuevos instrumentos a los científicos del mundo y llevaron a un progreso considerable en muchas áreas de la medicina”, recalcó la institución.

Continúan sus trabajos

Para Yamanaka, recibir el galardón más importante de la medicina es un “honor enorme”, señaló un comunicado en la web del Centro de Investigación Celular y Aplicación (CiRA) de la Universidad de Tokio.

El japonés se enteró de la noticia por teléfono celular en su casa, mientras reparaba la lavadora, informó la cadena de televisión NHK.

“Agradecimiento”, es la primera palabra que se le ocurrió al investigador nipón durante la rueda de prensa que ofreció en la ciudad imperial de Kyoto tras darse a conocer la noticia. “Fue el país de Japón el que obtuvo el premio”, aseguró. “Era un investigador desconocido. Si no hubiera recibido el apoyo de mi país no habría conseguido el premio”.

Yamanaka también tuvo un momento de recuerdo para su padre: “Perdí muy pronto a mi padre por una enfermedad. Espero seguir impulsando investigaciones hasta que pueda sanar con ellas al mayor número de personas posible. Sólo después de que consiga ese objetivo, quiero morir y volver a ver a mi padre”.

El galardón supone además una gran motivación tanto para él como para sus colegas y toda la comunidad científica que trabaja con células madre pluripotentes (iPS), para seguir investigado en el desarrollo de medicamentos y nuevas terapias eficaces, explicó en un comunicado.

Por su parte, Gurdon, de 79 años, expresó: “Es por supuesto una ventaja sobrevivir tanto tiempo hasta que se recibe este fantástico honor”. El biólogo se dijo “inmensamente honrado”, por lo que calificó como “un espectacular reconocimiento”.

“Es particularmente agradable ver cómo simples investigaciones, que buscaban originalmente probar la identidad genética de diferentes tipos de células madre en el cuerpo, se han convertido en una clara posibilidad para la salud humana”, señaló.

Según relató uno de sus colegas a la cadena BBC, los compañeros de John Gurdon le aplaudieron tras conocer la noticia y luego el nuevo premio Nobel se puso otra vez a trabajar. El presidente de la Royal Society, Paul Nurse, dijo estar “encantado” con la noticia de que el Premio Nobel de Medicina 2012 haya recaído en Gurdon y Yamanaka.

“El trabajo de John ha cambiado la manera en la que entendemos cómo las células madre del cuerpo se especializan, abriendo el camino a un importante desarrollo en el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades”, comentó Nurse.

Respecto al impacto de estas investigaciones en la medicina, Urban Lendhal, miembro del gremio de Estocolmo, señaló que “aún es pronto para decir cuándo estos hallazgos podrán aplicarse en la terapia celular”. Sin embargo, destacó que gracias al trabajo de ambos sabemos que el desarrollo celular no es una vía de sentido único.

El profesor Ian Wilmut, de la Universidad de Edimburgo, jefe del equipo que clonó a la oveja Dolly, felicitó a los premiados y dijo que el galardón “reconoce la importancia y la innovación de su trabajo en la reprogramación celular y su importancia para la medicina regenerativa”.

Los ganadores de este premio, dotado con 8 millones de coronas suecas (1,2 millones de dólares), 20% menos que el año pasado, siguen en la nómina del Nobel a los inmunólogos estadounidense Bruce A. Beutler, francés Jules A. Hoffmann y canadiense Ralph M. Steinman.

El trío científico obtuvo el Premio Nobel de Medicina 2011 por su descripción del sistema inmune humano, una contribución fundamental en la lucha contra enfermedades contagiosas y el desarrollo de vacunas.

Al anuncio del Nobel de Medicina de ayer seguirán a lo largo de esta semana los de Física (hoy), Química (miércoles), Literatura (jueves) y de la Paz (viernes).

La edición se cerrará el próximo lunes 15 de octubre, con el de Economía. La entrega de los Nobel se realizará en dos ceremonias, en Oslo, para el de la Paz, y en Estocolmo los restantes, el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nobel. (Redacción, con información de agencias)

EL UNIVERSAL

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