Premio Nobel de la QuímicaESTOCOLMO.— La Real Academia de Ciencias de Suecia concedió ayer el Premio Nobel de Química a los científicos estadounidenses Robert Lefkowitz y Brian Kobilka, quienes por años han estudiado cómo las células reaccionan a los cambios de entorno para mejorar la eficiencia de los medicamentos.

La Academia les otorgó el galardón por sus “descubrimientos revolucionarios”, que revelan “el funcionamiento interno de una importante familia de receptores: los receptores acoplados a proteínas G”.

Alrededor de la mitad de los medicamentos logran su efecto a través de estos receptores, por lo que la descripción de su “funcionamiento interno” permite introducir mejoras en la elaboración de medicinas, de acuerdo con los argumentos del fallo de los jurados del Premio.

El cuerpo humano cuenta con aproximadamente mil tipos de receptores acoplados a proteínas G, estructuras en la superficie celular que le permiten al organismo responder a una amplia variedad de señales químicas, como la adrenalina. Algunos receptores se encuentran en nariz, lengua y ojos, y nos permiten percibir olores, sabores y luz.

Sobre las investigaciones

La mayoría de los procesos fisiológicos dependen de hecho de las proteínas G., fundamentales en medicamentos como los beta bloqueadores, antihistamínicos y varios tipos de medicación psiquiátrica.

Varios científicos empezaron ya a interesarse por los efectos de la adrenalina en el cuerpo a finales del siglo XIX, y concluyeron que debía existir algún tipo de receptor para detectar sustancias químicas en el ambiente.

Pero esos receptores, que son pocos y la mayoría encapsulados en el muro de la célula, permanecieron sin identificar durante décadas, aunque eso no impidió que se desarrollasen medicinas que conseguían su efecto a través de ellos.

“Durante mucho tiempo fue un misterio cómo las células podían percibir su entorno. Los científicos sabían que hormonas como la adrenalina tenían poderosos efectos: aumentando la presión sanguínea y haciendo al corazón latir más rápido”, explicó la Academia en un comunidado para la prensa.

Por ello se sospechaba que la superficie de las células debía tener algún tipo de receptores de las hormonas y fueron las investigaciones de los dos laureados las que arrojaron luz al respecto.

Un día enloquecido

Robert Lefkowitz (Nueva York, 1943), del Howard Hughes Medical Institute y de la Universidad de Duke en Durham, declaró sentirse “muy, muy entusiasmado” con la noticia.

“Me había dormido cuando sonó el teléfono”, explicó al Comité Nobel. “Uso tapones para los oídos. Mi mujer me dio un codazo. Fue una sorpresa total”.

Aseguró que no tenía idea de que estaba siendo considerado para el Premio, pero agregó que siempre había sido “un poco de fantasía” pensar en ello.

Lefkowitz se contactó con su colega Brian Kobilka por Skype y dijo que cancelaría su cita para cortarse el pelo. “Será un día enloquecido en la oficina”.

Por su parte, el investigador Brian K. Kobilka (Little Falls, Minesota, 1955) de la Universidad de Stanford, admitió que su primera reacción fue pensar que era una broma.

Uno siempre piensa en la posible llamada a primera hora de la mañana en la semana de los Nobel, declaró a la radio sueca.

Contó que fue la segunda llamada la que contestó y habló cinco integrantes del comité.

“Se pasaron el auricular uno a otro y me felicitaron. Creo que hacen eso para que uno en verdad les crea. Cuando alguien llama, puede ser una broma, pero cuando cinco personas con convincente acento sueco me llaman, entonces no se trata de una broma”, comentó.

Brian K. Kobilka aseguró desde su casa en California que se sentía muy feliz. “Es difícil de creer… todavía estoy como medio dormido y como medio despierto”.

El científico comentó que viajaría a Seattle, como lo tenía planeado, aunque admitió que seguramente “será una locura”.

Lefkowitz y Kobilka compartirán los 8 millones de coronas (unos 930 mil euros) con que está dotado el premio, que como el resto de los Nobel se entregará en la tradicional doble ceremonia en Estocolmo y en Oslo el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de su creador, el magnate sueco Alfred Nobel. (Con información de agencias)

EL UNIVERSAL

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