Los amaneceres son espectaculares en la ciudad de New Orleans, joya de EUA por su diversidad étnica y geográfica, por su historia y su cultura. Antes de que asome el sol, el cielo se tiñe de reflejos, azul, blanco, naranja, púrpura.

Desde la sombras, como enorme espectros, van aparieciendo los centenarios  robles, cubiertos con musgo español. Las aves despiertan, saludando con una sinfonía de trinos el nuevo amanecer.

Los más recios son los cuervos, cuyo rasgador graznido bien podría ser un lamento por los días en que vivimos.

Las cosas van de mal en peor. El coronavirus, también llamado Covid-19, es una de las razones fundamentales. Está fuera de control. Aumentan a diario el número de contagios (5 millones) y también de fallecidos, que según un análisis de datos realizado por el New York Times con cifras del Center for Disease Control podría haber superado los 200,000 entre marzo 15 y julio 25.

Los gobiernos tratan de endulzar esta amarga píldora, resaltando el número de las personas que han sobrevivido. No es más que perfumar el excremento.

Esto, a su vez, ha hundido la economía.

Han pasado seis meses en que básicamente el gobierno ha ayudado a los damnificados — no a todos. El congreso cerró la semana pasada sin un acuerdo que prolongara la asistencia. Ello significa que hoy por hoy millones de personas no van a recibir cheques de desempleo. No van a poder pagar alquileres y enfrentan los desalojos.

Donald Trump en un transparente intento de aprovechar este impase en negociaciones con el Congreso, anunció una serie de acciones ejecutivas sobre el alivio económico.

Desde su resort en Bedminster, Nueva Jersey, en una conferencia de prensa a la que asistieron socios del resort y en la que pocos usaron máscaras para protegerse del virus, Trump dijo que intervendría con órdenes de agregar US$400 por semana a los beneficios federales por desempleo y continuar una moratoria sobre los desalojos; diferir los pagos de los préstamos estudiantiles y cancelar el impuesto federal sobre la nómina de los estadounidenses que ganen menos de US$100,000 durante el resto del año.

Suena bien. Pero es problemático ya que la Constitución asigna exclusivamente al Congreso los poderes presupuestarios sobre los nuevos gastos del gobierno federal. Cuando se le preguntó sobre la legalidad de sus acciones, dijo: “Si nos demandan, es alguien que no quiere que la gente obtenga dinero”.

Política a costa de la gente bien jodida.

Los cuatro documentos firmados por el presidente incluían tres memorandos y una acción ejecutiva. O sea que fue un juego.

Interesante que los medios sigan dando cobertura a esta charada. Ayer, luego de que el presidente repitiera nuevamente que él había firmado la ley Veteran Choice (cuando la firmó Obama), el mandatario canceló abruptamente la conferencia de prensa.

Esta semana, el informe de empleos del Departamento del Trabajo indicó que hay mucho trecho para salir de la recesión. Un camino culebrero.

Para rematar, está Donald Trump en la presidencia.

Podría decirse que si hace 3 años a Trump unos pocos lo amaban, otros lo respetaban porque lo creían muy hábil y ante todo le temían, hoy día bastantes de ellos lo ven como un bufón. Desde su apariencia física — la peluca que está cambiando de naranja a gris– su limitado vocabulario, su falta de conocimiento del mundo e incluso del país. Más parece un vendedor de autos usados que un presidente de EUA.

Sufre del trastorno de Alzheimer? No sabemos a ciencia cierta.

Se le nota débil. Decrépito. Desorientado.

¿Miente? Como toda su vida.

Pero si por esos lados llueve, por el otro no ha escampado. El campo de Biden se ha mantenido relativamente callado, dándole cuerda al presidente para que se ahorque él mismo. 

Pero Biden también mete las cuatro cuando abre la boca. Ahora está en proceso de seleccionar su vicepresidente y se espera que nombre a una mujer. Posiblemente una mujer negra.

Pero las necesidades son más que de raza y de género.

Activistas de la oposición, organizada dentro y fuera del partido demócrata, no esconden la realidad de que Biden inspira poco. Es el menos peor de los dos candidatos. Pero también es parte del mismo establishment que permitió el ascenso de un charlatán neoyorkino llamado Donald Trump.

Si los demócratas no nombran a alguien que inspire a la juventud, las clases trabajadoras, las minorías étnicas, las personas mayores, aquellas personas que han perdido sus empleos, si siguen prefiriendo a Wall Street sobre el pueblo, Trump podría seguir en su cargo cuatro años más. En algunas partes, esta situación anormal se convierte en normalidad conforme abren escuelas, universidades, comercio.

Es una imagen de espantos, que da escalofríos a este bloguero. Más aterradores que antes suenan los cuervos en New Orleans.

nunca preguntes por quién lloran esos cuervos plañideros; lloran por ti.

Otra semana que se nos fue en EUA, el mundo, y en nuestras vidas.

CFT, Director El Molino Online
New Orleans, LA
9/8/2020