En la guerra y el amor todo se permite, y en la guerra de la NSA contra las ideas que considera “radicales” las debilidades de la carne entre sus exponentes es una manera más de desacreditarlos indican los documentos filtrados por Edward Snowden.
Una nota en primera plana (digital) en The Huffington Post, que firman Glenn Greenwald, Ryan Gallagher y Ryan Grim, muestra cómo los fisgones de la NSA intentaban desacreditar a varios musulmanes, que ellos consideran “radicalizadores” aunque ninguno de ellos se consideraba vinculado con grupos terroristas.
Ninguna de las seis personas vigiladas por la NSA está acusada en el documento de participar en complots terroristas. La agencia cree que todos ellos residen actualmente fuera de EUA. Identifica una de ellas, sin embargo, como una “persona de EUA”, lo que significa que es ciudadano de EUA o residente permanente. Una persona EUA. tiene derecho a una mayor protección legal contra la vigilancia de la NSA que los extranjeros.
El objetivo era era mostrar la “hipocresía de estos individuos” y otros “radicalizadores” porque veían pornografía o usaban “lenguaje sexual sugestivo en sus comunicaciones con mujeres jóvenes sin experiencia”.
Las actividades que llamó la atención de estos individuos pudo ser publicar un video en YouTube o una entrada en Facebook.
HuffPost publica uno cuadro de seis columnas, preparado por la NSA, en que enumeran el nombre del individuo que llaman “radicalizador”, su “autoridad”, el argumento que esgrime, el país en donde funciona y sus “debilidades”, como afición a la porno.
Según la NSA, “la autoridad de los radicalizadores podría ser especialmente vulnerable en situaciones en que su conducta privada y pública no es consistente”.
La información recogida por la NSA se distribuyó ampliamente, dice HuffPost.
Señala HuffPost que desacreditar a los adversarios mediante intromisiones en la vida personal es una táctica empleada durante años por la inteligencia de EUA. Tanto el FBI como la misma NSA la usaron contra Martin Luther King Jr., dice.
Foto cortesía xornalcerto via flickr
