Ahora dicen que no son necesariasEl concepto, establecido durante años, de que las pruebas de detección del cáncer son la mejor y quizás única manera de preparar y proteger a la gente contra una terrible enfermedad están siendo seriamente cuestionados por algunas autoridades medicas en EUA, escribe Gina Kolata en el New York Times.

Señala que el United States Preventive Task Force, que evalúa evidencia y prepara las pautas para la detección, ha señalado que las mamografías no salvan vidas; que el examen PSA para el cáncer de próstata tampoco salva vidas; y que la mayoría de las mujeres deben hacerse pruebas de Papanicolaou que detecta el cáncer cervical cada tres años en vez de cada año.

Esta explosiva información, que pone patas arriba premisas médicas implantadas firmemente y aceptadas como dogma, se basa en nueva información, nuevos ensayos y análisis de otros tipos de datos, dice. “Los investigadores estudiaron los riesgos y costos de la detección con mayor rigor que nunca”.

Respecto a las mamografías, señala el Times que, “Un nuevo análisis de la mamografía concluyó que si bien detectan el cáncer en 138,000 mujeres cada año, entre 120,000 y 134,000 son mujeres que o bien tienen cánceres que ya son letales o tienen cánceres que crecen tan lentamente que no necesitan ser tratados”.

Dice que las mamografías no parecen beneficiar a las mujeres menores de 40 años y recomienda que las mujeres entre 50 y 74 las tengan cada dos años, en vez de cada año.

Sobre la detección del cáncer de la próstata, dice que “Dos estudios clínicos recientes de la detección del cáncer de la próstata crean dudas de si ha salvado muchas — o alguna — vida. Y dijo que la detección con frecuencia conduce a tratamientos incapacitantes para hombres cuyo cáncer nunca les habría hecho daño”.

El doctor Otis Brawley, médico general de la Sociedad Americana de Cáncer, dice que “La detección es un arma de doble filo. Necesitamos ser más cautelosos al proponer estos exámenes de detección”.

El doctor Brawley, agrega el Times, explica que en 1845 se definió el cáncer, basado en estudios de cánceres que habían matado. Pero nunca se estudiaron otros tipos de cánceres.

En años recientes, agrega, investigadores han encontrado que muchos, si no la mayoría, de los cánceres son indolentes. Crecen muy lentamente o dejan de crecer completamente. Otros incluso retroceden y no es necesario tratarlos.

“Estamos yendo de una definición de cáncer de 1845 a una de definición del siglo 21”, apunta el doctor Brawley.

Esta nueva teoría, sobra decir, no está siendo aceptada fácilmente entre la profesión médica, con urólogos, oncólogos, y otros especialistas rechazándola, dice.

Artículo en inglés