Los niveles del yodo-131 radiactivo aumentaron drásticamente hasta alcanzar 6,500 veces el límite legal en el agua marina cerca de la planta nuclear de Fukushima paralizada por una ola de 14 metros del tsunami que siguió al terremoto del 11 de marzo, escribe Mary Yamaguchi de la Associated Press.

Al mismo tiempo, agrega, la agencia nuclear gubernamental ha ordenado a 12 centrales que mejoren sus preparativos para los sismos secundarios que han sacudido la región oriental del país, algunos con intensidad de hasta 5.9. Se ha pedido a las compañías de energía que refuercen o reconstruyan el cableo de electricidad de cada reactor para impedir que se suspenda el flujo de corriente eléctrica como sucedió el pasado 7 de abril.

Sin electricidad, los reactores se sobrecalientan, lo cual puede conducir en el peor de los casos a la fusión del núcleo, que es lo que causó la crisis actual.

Otros reportes de esa nación, que no acaba de reponerse de la carambola de cataclismos, hablan de una plan secreto para desmantelar y nacionalizar la compañía Tokyo Electric Power.

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