Si pasa a la historia alguna frase o comentario de este tercero y último debate de la campaña presidencial del 2012 en EUA, no cabe duda que será la respuesta del presidente Barack Obama a las críticas de Mitt Romney sobre la armada.
“Usted mencionó la marina”, señaló Obama. “Dijo que tenemos menos buques que en 1916. Bueno, gobernador, también tenemos menos caballos y bayonetas”.
Fue parte de la estrategia que produjo una sólida victoria a Obama: la política exterior de Romney mira hacia el pasado mientras que la de la administración actual está basada en la compleja y no siempre previsible realidad del mundo.
Dos sondeos instantáneos dieron un cómodo margen de victoria a Obama sobre Romney en el debate.
El primero, el sondeo CBS de votantes que siguen sin decidirse, dio al presidente un 53%, a Romney un 23% mientras que un 24% consideró que había sido un empate.
El segundo, de CNN con votantes inscritos se pronunció con un 48% a favor de Obama y un 40% por Romney.
Moderado por Bob Schieffer, este tercer debate tenía como tema central la política exterior.
Pero el candidato Mitt Romney se esforzó, con éxito en varias ocasiones, por arrastrar la discusión hacia la economía de EUA, repitiendo palabra por palabra las acusaciones de los debates anteriores sobre el desempleo, el crecimiento, el déficit y la deuda del país.
En términos de política exterior, aunque durante su campaña Mitt Romney ha sido un duro crítico de la administración, en su presentación anoche no dijo nada marcadamente diferente a la política en curso.
Sin embargo, el presidente Obama aprovechó la ocasión para recordar que sobre una diversa gama de temas — Rusia, Libia, Egipto, Siria, Irán, China — Romney ha dicho de todo un poco, cambiando de opinión, contradiciéndose con frecuencia.
Romney, apaciguado, carente de energía, se trabó con datos, nombres, sitios, se repitió.
Usó frases de cajón como, “Queremos que la gente pueda disfrutar sus vidas sabiendo que vivirán futuros prósperos sin guerra”.
En la medida que los debates tienen un impacto visual, fue otro Mitt Romney al que durante el primer debate propinó seria derrota a Obama, creó una crisis en la campaña demócrata, cerró las encuestas y revitalizó la campaña republicana.
Buscando recuperar terreno perdido y a dos semanas de la elección, Obama fustigó a Romney por haber viajado a Israel con una comitiva de donantes y haber asistido a eventos de recaudación de fondos.
Le recordó que había comentado que no valía la pena perseguir al ultimado líder terrorista Osama Bin Laden.
En términos generales, Obama mostró superior manejo, conocimiento, facilidad y agilidad mental.
De entrada se sabía que en el campo de política exterior, Barack Obama tenía más experiencia que su rival y por esta razón, la campaña de Romney buscaba que su candidato no cometiera un error grave.
Fuera de dar una apariencia de cansancio y presentarle como fuera de su elemento, no hubo tal error.
En este sentido Romney puede descansar.
Con la dinámica de las semanas pasadas beneficiando al republicano, habrá que esperar unos días para ver qué efecto ha tenido este tercer debate.
Foto: Carga de bayonetas Primera Guerra Mundial Wikipedia