Una semana después del hecho, el presidente de EUA Barack Obama se sentó con Steve Kroft de 60 Minutes para discutir la redada del 1 de mayo al complejo en Abbottabad, Paquistán, que culmina con la muerte del terrorista más buscado en el planeta Osama Bin Laden.
Dijo el presidente que su equipo de seguridad nacional estaba seriamente dividido sobre si debía o no ordenarse el operativo. “Al final del día, seguía siendo una situación de 55-45”, apuntó en su primera entrevista televisada desde la muerte de Bin Laden. “No podíamos decir definitivamente que Bin Laden estaba allí. Si lo no hubiera estado las consecuencias habrían sido serias”.
Su preocupación, agregó Obama, era que como no se había identificado claramente a Bin Laden, podrían estar llevando a cabo un ataque a la residencia de un “príncipe de Dubai”. Llegó a la conclusión de que valía la pena arriesgarse. “Me dije que si tenemos una buena posibilidad no de derrotar completamente pero incapacitar altamente a Al Qaeda, entonces valía la pena correr el riesgo político y poner a nuestros hombres en peligro, después de haber gastado miles de millones de dólares persiguiéndolo por casi una década”.
El presidente dijo que la mayoría de sus altos ejecutivos no estaba enterada de la redada y reconoció que existía “algún tipo de red de apoyo para Bin Laden dentro de Paquistán”.
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