Si tan solo hace año y medio los acusaba de codicia desmedida y corrupción, con las presiones de la campaña por su reelección, el presidente de EUA Barack Obama está buscando hacer las paces con los inversionistas de Wall Street.
Informa Nicholas Confessore en el New York Times que poco antes de que el presidente Obama anunciara su reelección, a comienzos de abril, comenzó a contactar algunos contribuyentes claves para su campaña con una reunión de alto nivel, organizada por el Comité Nacional Demócrata, en el Salón Azul de la Casa Blanca. (La página conservadora Drudge Report critica en primera plana el que la reunión haya tenido lugar en la Casa Blanca).
Dice que asistieron unos 25 ejecutivos de Wall Street, donde el presidente solicitó información sobre cómo apresurar la recuperación económica. Luego, agrega el Times, pasaron a discutir temas candentes como el déficit y las regulaciones a los fondos de cobertura (hedge funds), que no tiene muy contentos a los de Wall Street.
El evento fue clara indicación de que Obama necesita recuperar el apoyo de Wall Street (y las contribuciones a su campaña de reelección) luego de haberse ganado la enemistad de muchos en la industria bancaria al llamarlos “gatos gordos” que no merecían los millonarios bonos que estaban recibiendo.
Acto seguido de la reunión, continúa el Times, el presidente llamó personalmente a muchos de los que no habían podido asistir.
El objetivo es convencer a la clase inversionista que la política de Obama nunca ha sido causa de frustración para los inversionistas y, en vez, benefició a los bancos y los mercados.
