El partido Demócrata de EUA se ha puesto como meta convertir a Texas en un campo de batalla electoral mediante una ambiciosoa iniciativa que persigue identificar electores latinos, afroamericanos y progresistas dirigida por un duro de la campaña que ganó la reelección de Barack Obama.
Informa Alexander Burns en POLITICO que Jeremy Bird, antiguo director de campo nacional de la campaña Obama, encabeza el esfuerzo de base.
Bajo el nombre “Battleground Texas”, y con un presupuesto de decenas de millones de dólares durante el curso de varios años, el movimiento persigue convertir un sueño electoral en realidad.
“Con su diversidad y tamaño, Texas siempre ha debido ser un estado de batallas en que las elecciones locales se disputen vigorosamente y cualquiera que busque ser el comandante en jefe del país muestre que refleja los valores de Texas. Sin embargo, durante demasiado tiempo los líderes políticos, tanto en Austin como en Washington, D.C., no apoyado a Texas”, dijo la nueva organización en una declaración.
Señala que enfocará en los próximos años en ampliar el electorado mediante la inscripción de votantes y movilizando a los tejanos que ya están inscritos pero se han mantendio al margen del proceso electoral.
Según el censo del 2010, el 38% de los habitantes de Texas se considera latino o hispano, mientras que un poco menos del 45% son blancos no hispanos.
Según POLITICO, la infraestructura del partido Demócrata de Texas ha decaído en los últimos 20 años a la vez que ha surgido el partido republicano. Igualmente, la redistribución de los distritos electorales ha socavado el apoyo de los demócratas, dice.
En la actualidad los republicanos controlan los principales cargos estatales en Texas, estado que Obama perdió ante Mitt Romney por 16 puntos en noviembre.
Sin embargo, estrellas del partido demócrata como el carismático alcalde de San Antonio Julian Castro han adquirido una proyección nacional.
Con 42 votos del colegio electoral, la idea de que Texas esté en juego es suficientemente atractiva para que los demócratas inviertan tiempo, gente y dinero, agrega POLITICO.
Imagen cortesía de Boston Public Library via flickr
