Ensayo de Le Monde sobre árabes de Israel, ElMolinoonline.comPARIS — Su ausencia escasamente se siente en el debate entre Israel y Palestina en la ONU porque sencillamente nadie habla por ellos.

Pocos a través del mundo conocen su existencia.

Son casi millón y medio de personas: el 20 por ciento de la población de Israel, en su mayoría musulmanes pero algunos cristianos, y los descendientes de aquellos palestinos que sobrevivieron la Nakba, cuando Palestina dejó de existir jurídicamente y se fundó el estado de Israel.

Mientras que entre 700,000 y 900,000 palestinos dejaron sus tierras — la gran mayoría expulsados, unos 150,000 permanecieron allí.

Son ellos sus hijos y nietos.

Son, también, el tema de un ensayo fotográfico de Benjamin Barthe y Nathan Dvir en Le Monde.

Arabes israelíes, o palestinos de Israel, vivieron según explica Le Monde bajo un régimen militar hasta 1966.

En 1956, 48 campesinos fueron abaleados por el ejército por violar el toque de queda, masacre por la cual pidió disculpas Shimon Peres 51 años después, agrega.

Obtuvieron la ciudadanía en los años 70, pero la discriminación social, legal y la represión contra ellos ha seguido, apunta.

A la vez que la evolución política de muchos les han llevado a apartarse de los partidos israelíes y buscar su voz a través del  movimiento islamista, esta “palestinización” se conjuga con su creciente “israelización”, el esfuerzo por integrarse como vía hacia el progreso.

Nombres como Walid Badir, de la selección nacional, o Salim Joubran, Juez de la Corte Suprema, mantuvieron durante algún tiempo la esperanza de la asimilación.

Pero esta búsqueda de la igualdad ha enfrentado el obstáculo del viraje del país hacia la derecha, señala Le Monde.

“Para gran parte de la población judía, los árabes, ciudadanos de segunda clase, siguen siendo una amenaza demográfica, o una quinta columna. Bajo el actual gobierno de Benjamin Netanyahu, ha sido aprobada una serie de leyes abiertamente discriminatorias. La última, aprobada en marzo de este año, permite la expropiación de los fondos públicos a cualquier organización que conmemore la Nakba. Rehenes de la historia, encarnaciones vivas de un conflicto intratable, los árabes israelíes no encontrarán la paz hasta que no se firme”.

Artículo y ensayo fotográfico en francés