Debilitado por la “paliza” electoral que recibió en las elecciones de medio término, en su viaje por varias naciones asiáticas el presidente de EUA Barack Obama enfrentó aliados y periodistas que no se dejaron impresionar fácilmente como hace dos años, escribe Sheryl Gay Stolberg en el New York Times.

Ausente, al culminar la conferencia del Grupo de los 20, estaba el brillo que marcó su primer visita. Esta vez, el primer mandatario de EUA tuvo que bregar con discusiones no resueltas sobre moneda y desequilibrios mundiales de comercio entre esa nación y sus aliados.

Los resultados del viaje de 10 días por varias naciones no han sido muy brillantes, agrega. En India, fue elogiado al levantar las restricciones a las exportaciones de tecnología y anunciar el respaldo de EUA a incluir a India en el Concejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Pero en Seúl, no logró sellar un tratado de libre comercio, lo cual se considera un serio revés para un presidente que persigue aumentar las exportaciones, dice.

Así como los jefes de estado reunidos no vacilaron en contrariar al presidente, en las ruedas de prensa las preguntas fueron difíciles. Cuestionaron al presidente sobre el poder de los EUA en el ámbito mundial y las aptitudes diplomáticas del mismo presidente.

La respuesta del presidente: “Somos un país muy grande, muy rico y muy poderoso. Por un siglo, hemos tenido una influencia sobre asuntos mundiales mayor que nuestro tamaño. Ahora vemos una situación en que muchas otras naciones están progresando por cuenta propia y es natural que sean más firmes en promover sus ideas e intereses”.

Artículo en inglés

Foto Casa Blanca