La Organización Mundial de la Salud declaró el viernes que el brote de Ébola en África Occidental es ahora una emergencia sanitaria mundial, informa desde París Kim Willsher en Los Angeles Times.
Dice que hasta el momento más de 900 personas han fallecido. Solo entre el 2 y 4 de agosto se han presentado 108 nuevos casos, señala, con lo que alcanzan a los 1700, con una tasa de fatalidades del 50%.
“Los países afectados hasta la fecha simplemente no tienen la capacidad para manejar un brote de este tamaño y complejidad por su cuenta. Insto a la comunidad internacional para que proporcione este apoyo sobre la base más urgente posible “, dijo Margaret Chan, directora de la OMS.
La OMS emitió una advertencia similar este mes de mayo para la poliomielitis y en 2009 para la gripe porcina
A continuación un documento de la OMS sobre tratamientos experimentales.
A principios de la próxima semana, la OMS reunirá a un grupo de expertos en ética médica para que explore el uso de tratamientos experimentales en el brote de enfermedad por virus del Ebola en África Occidental. En la actualidad no hay medicamentos ni vacunas contra el virus que estén aprobados, pero se están investigando varias opciones experimentales.
El tratamiento reciente de dos profesionales sanitarios de Samaritan’s Purse con medicamentos experimentales ha planteado cuestiones sobre si se deben utilizar en este brote fármacos cuya seguridad no está demostrada en el ser humano, y, en caso afirmativo, quienes deben recibirlos, dado que su disponibilidad es muy limitada.
«Este brote nos plantea una situación poco habitual. Estamos ante una enfermedad con una alta tasa de letalidad y para la cual no disponemos de tratamientos ni vacunas de eficacia y seguridad demostradas», ha dicho la Dra. Marie-Paule Kieny, Subdirectora General de la Organización Mundial de la Salud. «Tenemos que pedir a los expertos en ética médica orientaciones sobre cuál sería la actitud responsable.»
El método de referencia para evaluar un nuevo medicamento consiste en la realización de una serie de ensayos en el ser humano, empezando con un pequeño número de personas, para asegurarnos de que su uso es seguro. Posteriormente, se amplía ese número para determinar la eficacia del medicamento y la mejor forma de utilizarlo.
El principio rector del uso de cualquier nuevo medicamento consiste en no hacer daño. La seguridad es siempre la principal preocupación.
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