FuriosoLa caravana de migrantes que presuntamente se dirigía a EUA para “invadir” el país desapareció de los noticieros el día después de la elección donde los republicanos de Trump quedaron humillados, mientras los intentos por controlar la investigación sobre Rusia han sido desenmascarados como un burdo intento de obstruir la justicia y en el viaje a Francia para conmemorar el centenario del fin de la Primera Guerra Mundial quedó pésimamente al no asistir a un evento por la lluvia, con todo eso (y mucho más) en los titulares uno tiene que preguntarse, ¿por qué se metió Donald Trump a ser presidente de EUA?

Solo basta con verlo, obeso, malgeniado, gritón, como un fosforito listo para encenderse y regañar, insultar a los periodistas — vívido contraste con el Donald Trump que durante el mes de octubre casi olvidó todo intento por gobernar y recorrió el país, en el avión presidencial y pagado por los contribuyentes, apoyando candidatos republicanos. Se le notaba la energía, la alegría del hombre que se regodea hablando de sí mismo ante una masa hipnotizada — no muy diferente de la atracción que ejerce un predicador o líder de un culto de aquellos tan frecuentes en EUA, que piden a sus adherentes millones de dólares para vivir lujosasmente.

Pero esta vez, el poder de Trump no funcionó y los demócratas lograron una victoria electoral como no se había visto desde 1974. En juego estaban los 435 curules de la cámara de representantes, un tercio del senado (35), gobernaciones en varios estados y centenas de cargos en asambleas y legislaturas estatales. Votaron alrededor de 113 millones de personas, de los cuales más del 52%, o 51.4 millones optaron por candidatos demócratas. Ello neutraliza la llamada base de Trump — esa masa grosera, racista, de poca educación que lo adulan en los actos de masas producidos para ser televisados por Fox News.

Trump perdió la Cámara de Representantes — y esto le complica su presidencia porque ya han dicho los nuevos líderes que van a continuar y profundizar las investigaciones al presidente.

No todos los candidatos demócratas ganaron. Pero incluso en estados que se consideraban intocables para los demócratas, como Texas, inyectaron nueva sangre con su activismo de base, que ha básicamente desarmado el mapa de precintos electorales que durante décadas habían dibujado los republicanos. Es un proceso único en EUA, que se llama “gerrymandering” y consiste en básicamente crear artificialmente precintos electorales para poder ganar las elecciones. Aquí Wikipedia explica este fenómeno que contradice el concepto de la democracia.

La elección de medio término de 2018 traerá drásticos cambios en la política de EUA.

Al día siguiente de esta derrota, Trump sostuvo una conferencia de prensa donde regañó a los periodistas y dijo, contrario a la realidad, que había sido una gran victoria. Esa nadie se la creyó.

Como tampoco nadie le ha creído al presidente que él no conoce personalmente a Matthew Whitaker, el hombre que él nombró como Fiscal General Interino, para reemplazar a Jeff Sessions, uno de los primeros en apoyar la campaña presidencial de Trump, pero que por razones de ética tuvo que retirarse de la investigación sobre Rusia que ha perseguido al presidente desde casi el primer día de su administración.

Antes de iniciar sus labores en el Departamento de Justicia, Whittaker apareció como comentarista de TV en múltiples ocasiones en contra de la investigación al presidente. Ello crea un conflicto de intereses, ya que el departamento de justicia debe ser un organismo independiente. También Whitaker aparentemente ha sido vinculado con negocios turbios.

Todo eso es parte de lo que le espera a Donald Trump a su regreso de Francia, donde viajó para participar en eventos conmemorativos del centenario del Fin de la Primera Guerra Mundial. Allí se ganó las críticas (¿burlas?) de muchos al cancelar su asistencia a una ceremonia honrando a los Marines en un cementerio en Aisne-Marne porque estaba lloviendo.

Esto dijo dijo el columnista David Frum, ”Es increíble que un presidente haya viajado a Francia para celebrar este importante aniversario, y luego permanezca en la habitación de su hotel viendo televisión en lugar de presentar en persona sus respetos a los estadounidenses que dieron sus vidas en Francia por la victoria obtenida mañana hace 100 años “.

Cada semana que pasa en EUA es otra en que el inquilino de la Casa Blanca tiene que preguntarse “¿por qué diablos me he metido en este mierdero?”

Carlos F. Torres

 

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
Atlanta, Georgia, 11/11/2018

 

 

 

 

 

 

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