Wilton Gregory, Arzobispo de la diócesis de Atlanta, financió su mansión de US$2.2 millones con dinero que había dejado al morir un feligrés quien había pedido específicamente que se usara “con fines religiosos y caritativos”.
Imaginamos que en el momento el obispo pensó que la caridad comienza en casa.
Informa Mark Davis en The Atlanta Constitution que, al enterarse de los lujos del obispo, los parroquianos han puesto el grito en el cielo, obligándolo a hacer un “mea culpa” en una nota colgada en el sitio web de la parroquia.
“No tuve en consideración el impacto a las familias de la arquidiócesis que, aunque se esfuerzan por pagar sus hipotecas, servicios, matrículas escolares y otros gastos, siempre responden con fé a mis llamados a ayudar a financiar nuestros servicios y ministerios”.
Pidió disculpas de “todo corazón” y recordó que la iglesia ha cambiado.
Dijo el obispo que está dispuesto a vender su humilde morada con solo una palabra de la comunidad.
Foto via AC
