Freddie GrayEl titular de la semana se lo gana Marilyn Mosby, la joven afroamericana Fiscal de Baltimore, quien valientemente formuló cargos criminales contra seis agentes de la policía por el homicidio de Freddie Gray.

“A los habitantes de Baltimore y los manifestantes por todo Estados Unidos, he escuchado el clamor de ‘si no hay justicia, no hay paz'”, dijo Mosby al anunciar que la ley debe aplicarse a todos, incluso a la policía. “A los jóvenes de esta ciudad os digo, voy a buscar justicia en vuestro nombre”.

Mosby pidió “cambios estructurales y sistémicos”.

Marilyn MosbySus palabras apaciguaron los disturbios, aunque las protestas siguieron, tanto en Baltimore como en el resto del país, en forma ordenada.

Freddie Gray probablemente sucumbió a lo que se conoce como un “rough ride” en la furgoneta que lo llevaba, es decir la práctica de ingresar al detenido sin cinturón de seguridad y conducir el vehículo a velocidades con la clara intención de hacerlo rebotar contra las paredes.

El agente que condujo el auto enfrenta cargos por asesinato de segundo grado.

Mosby dijo, además, que no había motivo alguno para que el joven de 25 años hubiera sido detenido.

Cargos criminales son una cosa.

Pero de ahí a que se les declare culpables y luego sentencie, eso ya es otra historia. Veremos.

El anuncio de Mosby, una de  las fiscales generales afroamericanas más jóvenes del país y quien lleva pocos meses en su cargo, sacudió a aquel segmento del público y los medios que habían denunciado los disturbios de los jóvenes con mayor furia que la muerte de Freddie Gray: Para ellos las vitrinas rotas son más importantes que una columna dorsal quebrada.

De hecho, ya circulaba una versión filtrada por la policía según la cual la misma víctima se había roto su propia columna vertebral.

El caso de Freddie Gray mostró nueva la pobreza que se padece en centros urbanos, donde la falta de empleos y oportunidad son generalizadas y familias enteras subsisten con US$25,000 al año.

En esos barrios la policía es más una fuerza de ocupación que una de protección. Allí, violaciones de la ley que en otras áreas se consideran mínimas conducen a arrestos con mayor frecuencia si son negros.

Y de esta manera jóvenes sin futuro van a parar a las cárceles, verdaderas academias de criminalidad, donde comparten tiempo y espacio con criminales endurecidos y al salir no traen nada positivo a sus comunidades.

Este sistema criminal lleva al desproporcionado encarcelamiento de hombres afroamericanos, punto que la precandidata demócrata Hillary Clinton discutió pidiendo un cambio estructural en el discurso más importante que hasta el momento ha pronunciado.

Otra semana que pasó en EUA.

Carlos F. Torres
Carlos F. Torres, Director El Molino Online
Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, Mayo 3, 2015